(Foto tomada de La Jornada Aguascalientes)
Para Usted
La expresión, “a ojo o a vista de pájaro”, refiere a que se trata de locución adverbial que denota que los objetos se ven o describen desde un punto muy elevado sobre ellos.
Significa literalmente, una vista desde el ojo del pájaro y, figuradamente, una vista general desde lo alto; en otras palabras, visto algo de manera rápida, superficialmente y sin entrar mucho en detalles. Dada esta introducción, aboquémonos al tema que nos ocupa nuestra entrega de hoy.
Los sondeos que se han publicado desde hace tiempo arrojan que supuestamente Morena, el partido del presidente, Andrés Manuel López Obrador no tiene rival en Tabasco y a nivel nacional; que ganaría con toda facilidad los comicios del 2024, en el que en nuestra entidad estará en disputa la gubernatura, las 17 presidencias municipales y el Congreso local.
Para muchos el PRI y el PRD, son partidos políticos en decadencia, que supuestamente están en vías de la extinción, que no tendrán la capacidad, ni la fuerza para ganar en las elecciones del 2024.
Por lo pronto no se le ha visto muy activo al dirigente estatal del PRI, Dagoberto Lara Sedas, que, siendo sinceros, sólo de vez en cuando se le ven o se le escuchan algunas de sus declaraciones, por algún tema en particular, pero no se sabe si realmente está trabajando en la reorganización del otrora partidazo.
En una década, del 2012 a la fecha 2022, el PRI en Tabasco y el resto del país, perdió casi todas las posiciones que tenía a nivel nacional y estatal, gubernaturas, mayoría en Congresos en los Estados y muchas presidencias municipales, en algunos casos dejó de ser la primera fuerza política y se fue al tercer, cuarto o quinto lugar.
En algunas entidades, -lo que nunca se pensó- hasta perdió el registro y ya no tiene los seguidores o la militancia que lo convirtieron en la primera fuerza política a nivel nacional.
La salida de muchos de sus cuadros ( la inmensa mayoría, instalados cómodamente en Morena, tras hacerles “saca-aceite”, a los verdaderos seguidores, militantes y simpatizantes de AMLO), propició que esa debacle partidista se acelerara y perdiera presencia; en el caso de Tabasco ocupa la tercera posición en preferencias electorales, en algunos municipios paso a cuarta o quinta posición.
En el caso de Tabasco, muchos ex distinguidos priistas, que se decían de “hueso colorado”, ocupan en el gobierno de la Cuarta Transformación (4T), importantes posiciones, como es el caso, por citar algunos, de Jaime Lastra Bastar, que liderea el Congreso del Estado; Don Enrique Priego Oropeza, que es el presidente del Tribunal Superior de Justicia; y el gobernador de los tres años, Adán Augusto López Hernández, que ahora está en la Secretaria de Gobernación, y que está luchando por ser el abanderado de Morena a la presidencia de la República, todos ellos fueron destacados cuadros del PRI.
Del PRD en Tabasco, se puede decir muchas cosas, pero al menos en la entidad, tiene presencia y está en una etapa de reorganización, gracias al senador, Juan Manuel Fócil Pérez, se le puede atribuir esa presencia partidista. Con la inclusión Javier Cabrera Sandoval, en la dirigencia estatal, están haciendo de ese partido político una oposición real y con presencia.
Muchos dirán que el PRD no tiene futuro, que no tiene nada que hacer en contra Morena porque, aseguran, volverá a perder las diferentes posiciones que estarán en disputa, pero en poco tiempo se vera la realidad.
Si el PRI -a pesar de su caída- el PRD, junto con el PAN (con mucha fuerza a nivel nacional), y posiblemente Movimiento Ciudadano (MC), logran superar diferencias y se ponen de acuerdo para hacer una alianza electoral y postulan candidatos comunes, podrían ser serios contendientes a la gubernatura, presidencias municipales y, ¿por qué no?, obtener la mayoría en el Congreso local. PVEM y PT, seguirán bailando al son que les toque el partido vinotinto, cual vil comparsas.
Muchos insisten que Morena es -por ahora invencible-, pero no debemos perder de vista que cada vez es mayor el descontento de la ciudadanía, que hay problemas de inseguridad, salud y cada vez alcanza menos el dinero, la inflación está incontenible y está por alcanzar los dos dígitos, algo que no había ocurrido desde hace varios años.
Efectivamente Morena ha utilizado los programas sociales, dinero, la extorsión, la amenazas y recursos públicos para comprar conciencias y “convencer” al electorado; pero no se debe olvidar que el PRI hace dos décadas tuvo el poder, el dinero y utilizó todas las trapacerías habidas y por haber, pero aun así perdió elecciones, lo que podría ocurrir al actual partido oficial en el y desde el poder, en un futuro inmediato.