LA POSTA
AY MOJO MAISTRO. Si el maestro Pancho Gálvez viviera, le reclamaría a su paisano presidente que está choteando la mercancía pues en cada nombramiento que otorga, sobre todo los últimos, se observa que va bajando la calidad profesional de los funcionarios al grado que una persona que podría ser un buen prefecto de una escuela secundaria en zona rural, la ascendió de golpe y porrazo a secretaria de educación pública del país. A ese ritmo loco, se corre el riesgo de que nombre a cualquier atarantado o atarantada como candidato o candidata a la grande. No sospecho, estoy seguro, que dicho nombramiento lo hizo para burlarse de los intelectuales y académicos del país, esos que presumen acumular grados y títulos sin aportar nada; los que cobran o juntan shishitos por aquí y por allá con una canasta piscadora, que dobletean sueldos y honorarios y vuelan sobre las nóminas como esos aviones que nunca han aterrizado en el AIFA. Pordiositosanto.
DOÑA ESA. Aunque así sea y la burla vaya dirigida a este segmento privilegiado, no se vale chotear el cargo de titular de la SEP de ese modo cuando hay más de 30 millones de estudiantes en el país cuyo futuro depende de una buena educación. Nada justifica embadurnar de mole esa silla que ha sido ocupada por José Vasconcelos, Jaime Torres Bodet o Jesús Reyes Heroles; nada justifica rebajar al suelo ese despacho gótico donde han mordido el polvo personajes siniestros de la talla de Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Bartlett Díaz. Si para dirigir la tarea más compleja e importante para el futuro del país se designa a un adorno floral modelo Layda Sansores, a una exlíder seccional de la CNTE, llamada Leticia Ramírez Amaya, se confirma que al paisano presidente no le interesa la educación de los mexicanos y pretende convertir a todos en chairos.
PÍCARA JÍCARA. Por ahí saltó con una perla japonesa la ex líder del SNTE, Elba Esther Gordillo quien dijo: Es lamentable poner la política por encima de la educación. Eso dijo y soltó que la pelirroja secretaria de educación no tiene el tamaño para ocupar el cargo. Con esa declaración que la retrata en persona, Elba también choteó la mercancía pues precisamente fue ella quién convirtió el SNTE en un órgano electoral permanente al servicio del PRI y de cualquier partido gobernante y es responsable del deterioro en que se encuentra hoy la educación pública en México, tanto, que los maestros inscriben a sus hijos en colegios privados porque no confían en ellos mismos.
LA CAMINERA. Antes de la sorpresiva designación de la nueva secretaria de educación, se dijo que tendría posibilidades un tabasqueño; se mencionó a Guillermo Narváez Osorio, actual rector de la UJAT, y luego que se aclaró que sería mujer, se escuchó el nombre de Egla Cornelio de la SETAB. Si en su momento, siendo sincero, no le vi posibilidades a los mencionados por el enorme paquete que representa dirigir la educación nacional y considerando que el presidente tenía tela de donde cortar con tantos personajes preparados que existen en el sector, hoy reconozco que Guillermo o Egla, eran una mejor opción que Leticia, una activista sin méritos académicos ni administrativos, solo su amistad con el presidente López Obrador. Nuevamente, el dicho de suerte te dé Dios que el saber poco te importe, se fortalece en el gobierno de la 4T. Queda confirmado que al presidente no le interesa la educación…ni la salud, ni la seguridad, ni la legalidad, ni la economía, ni la cultura, ni la unidad del país, solo él mismo. Sea por Dios.
(Foto tomada del portal Expansión Política)