CARTA ABIERTA
La presidencia del Consejo Estatal de Morena le dará a Raúl Ojeda la oportunidad de recorrer el estado a todo lo largo y a todo lo ancho. Esto lo sitúa con una ventaja importante en relación a sus competidores por la nominación a la gubernatura. Por eso es que su designación está muy lejos de ser una mera casualidad.
El tres veces candidato a la gubernatura está consciente: el cargo conferido desde el más alto nivel nacional es una señal muy importante para una cuarta, y definitiva, oportunidad. Experimentado como es, guardará las formas y respetará la ley electoral. En esa idea, en el momento adecuado dejará el cargo e irá directo a las encuestas internas. De ahí pasaría a la campaña.
Por lo que se observa, no hay alguna ventaja desleal respecto a sus principales adversarios. Lo que tiene en sus manos es ‘sólo’ un cargo partidista. Y, que se sepa, no se ha pronunciado de forma contundente sobre ser el candidato en 2024. Y, bueno, es que tampoco se ha descartado.
En esa ‘manga ancha’ que tiene a partir de ahora para ‘campañear’ (lo que supone una clara ventaja), el lunes acudió a Palacio de Gobierno a saludar al mandatario Carlos Manuel Merino. También visitó al presidente de la Junta de Coordinación Política, Jaime Lastra Bastar, y luego pasó con el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Enrique Priego Oropeza.
A pregunta de los reporteros, explicó la razón de estos saludos: acudió a notificarles que a partir de ahora estará de tiempo completo en Tabasco, luego de concluir su gestión como delegado nacional de Morena en Morelos. Se le veía de buena gana, contento: “Vine a saludar a los viejos amigos, nada más; ese fue el único propósito. Reiterarles mi afecto y respeto a los tres».
Estas salutaciones ‘pintan solo’ al señor Ojeda. Es un político de la vieja guardia, acostumbrado a tales gestos de civilidad política. No todos tienen la capacidad de proceder así. Son actitudes que se aprenden a lo largo de décadas y el lunes dio una muestra de lo que se espera de él en los próximos meses. Visitar a los titulares de los tres poderes del Estado lo ubica en el contexto de un político sabedor de lo que hace, en el entendido de que cada palabra, cada acción, conlleva una señal para leer y con implicaciones de diverso tipo.
La presidencia del Consejo Estatal es una especie de licencia para ‘campañear’. Esto lo sabían quienes lo apoyaron desde muy arriba para ocupar ese cargo. Ahora se entiende la rabieta de Javier May, porque así se vio marginado de la pelea por la gubernatura, esa que hasta entonces veía a su alcance.
El reto de Ojeda es no cometer errores en los próximos meses. Tendrá que actuar con prudencia, sabiendo que su nombramiento fue rechazado por el grupo del director de Fonatur y que este seguirá peleando la candidatura, al igual que lo hace Manuel Rodríguez González. Pero además está el asunto de la equidad de género, lo que podría mover las aguas hacia Rosalinda López, la otra gran favorita.
Un factor clave juega a su favor: no se ha metido en pleitos con alguno de los tres aspirantes presidenciales. Si bien su corazoncito late por Adán, ha evitado confrontaciones con Sheinbaum y Ebrard. Como decía Obrador en sus campañas: “Amor y paz”.
: SHEINMAUM EN TABASCO
Ayer circularon en redes varias fotografías de la imagen de Claudia Sheinbaum. Se trata de los espectaculares que los seguidores de la jefa de Gobierno de la CDMX mandaron a instalar en varios puntos de Villahermosa, como parte de su aspiración presidencial.
Así se pone a la par del secretario de Gobernación, Adán Augusto López. El huésped del Palacio de Cobián ha sido promocionado por sus simpatizantes en varios estados del país. Además de espectaculares, se ha visto a unidades motrices recorriendo con su imagen las calles de lugares como Monterrey y Guadalajara. El más discreto en este aspecto ha sido el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
De acuerdo a las más recientes encuestas publicadas, Sheinbaum sigue encabezando las preferencias, seguida del canciller y del paisano gobernador con licencia.