TROVADORES
COPA 1. La primera vez que Pablo Milanés visitó Macuspana aún no terminaba de componer “Yolanda” ni “El Breve espacio” y Silvio Rodríguez tenía en ciernes “El unicornio azul”. Murusho, con grandes lentes, Pablo se echó sus empanadas en el mercado viejo, Ulises González Blengio, ubicado a pocos pasos del cine de la sección 14. A inicio de los 80s, en Macuspana se había disipado la admiración por Fidel Castro y el Che Guevara, la revista la URSS había dejado de circular, los ecos del movimiento del 68 habían quedado atrás y el auge petrolero estaba en su apogeo. En ese escenario contrastante, la Nueva Trova cubana y el grupo Sanampay patrocinados por el STPRM, difundieron la música Folklórica Latinoamericana de protesta en todas las ciudades petroleras del país, desde Tamaulipas hasta Campeche, hay que decirlo, con poco éxito, cuya explicación me reservo. Pordiositosanto.
COPA 2. El sindicato petrolero con Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, golpeaba con la izquierda y cobraba con la derecha, como sucede en la actualidad. En Macuspana a inicios de los 80s, todas las obras que el sindicato realizaba para beneficio del municipio llevaban el nombre del líder, hasta el desaparecido cine de la sección 14 del STPRM, escenario de múltiples presentaciones gratuitas de artistas de buena talla, noveles y probados. Ahí pudimos ver y escuchar en época navideña y en la misma función a la Nueva Trova Cubana y al grupo de música folklórica argentino-mexicano, Sanampay de Naldo Labrin con sus vocalistas Guadalupe Pineda y Eugenia León, célebres cantantes que en esa época eran ilustres desconocidas, y como uno de sus integrantes, el talentoso Carlos Díaz “Caito”, exguitarrista de Alfredo Zitarrosa.
COPA 3. Durante esa función navideña que el sindicato obsequió, Pablo y Silvio fueron interrumpidos constantemente por el estallido de tronadores y palomas lanzadas por los niños que no eran metidos en cintura por sus madres. Al ver que nadie ponía orden en la sala, Silvio se levantó enojado y exclamó: “¡Ya basta! por favor no avienten cohetes para que se pueda escuchar la música”, luego se sentó, volvió a tomar la guitarra para interpretar con Pablo otra rola de la Nueva Trova, en eso estaban cuando una paloma les estalló por los pies. Los nuevos trovadores se dieron por vencidos y declararon terminado su concierto.
LA CAMINERA. Noviembre va dejando sombras en el gremio artístico y cultural. A una semana del Día Nacional del Libro (12), con 73 años a cuesta, se marchó para siempre el buen amigo salvadoreño-tabasqueño, Gerardo Rivera, escritor, periodista, historiador e irreverente humorista, y antier, día de Santa Cecilia, día del músico, a los 79 murió el cantautor cubano Pablo Milanés. Hace ocho años, caí en cuenta que después de conocer de cerca a Juan José Arreola y al tal Rius entre otros geniales escritores, no se me ocurrió que me autografiarán alguno de sus libros y me di a la tarea de recabar las que fueran posibles de los autores tabasqueños, así fue como acudí con Gerardo a que me autografiara una docena de sus libros. Lo encontré como siempre de buen humor y entre otras dedicatorias encontré ésta en su libro “Poemas de la cárcel y otros desencantos”, editado por el ayuntamiento del Carmen: “Pongo en manos de Juan José Sánchez Gálvez estos poemas surgidos de lo más profundo de mis tiempos inestables. Con todo respeto y amistad. Firma. Al calce: Sobreviviente de la profecía maya, 2014”. Descansen en paz los hombres de buena voluntad. Descansen en paz Gerardo y Pablo. Sea por Dios.