CARTA ABIERTA
¿A quiénes se refiere la coordinadora de la bancada del PRI en el Congreso de Tabasco, Maritza Jiménez, al exigir a quienes pertenecieron a este partido a “no ser borregos” en ese propósito de dañar al partido tras el corte de luz a la sede estatal del partido.
La legisladora, usualmente mesurada, alzó la voz luego de que el dirigente Dagoberto Lara denunciara la suspensión del servicio de luz a pesar de tener solo un semestre de adeudo. Convencida de que el corte de la CFE no fue obra de la casualidad, deslizó la idea de que un grupo de expriistas, ahora en el poder, está detrás de esta embestida contra el tricolor.
Aunque los legisladores priistas habían organizado una protesta en la entrada de la Cámara de Diputados, a cuyo frente estaría Dagoberto Lara, al final fue suspendida por motivos de agenda. No obstante, los tres miembros de la fracción tricolor sí pudieron reunirse con el líder estatal en 16 de Septiembre. Allí se acordó que habría una cooperación entre los principales barones del partido para saldar la deuda con la CFE.
A pesar de este acuerdo, Maritza Jiménez decidió que su pecho no es bodega. Por eso advirtió, sin mencionarlos por su nombre, a algunos personajes que se beneficiaron durante muchos años del PRI a que “no sean borregos, ni que se presten a cochinadas”. Y es que aseguró que esos extricolores buscan hacerle daño el partido.
¿A quiénes se refiere la diputada local? En principio, no pueden ser el gobernador Carlos Merino ni el secretario de Gobierno, Guillermo del Rivero. Ambos nunca fueron militantes del PRI. Adán Augusto tampoco está en los dichos de Maritza, porque el secretario de Gobernación no está para infiernitos, tan ocupado como está con su agenda nacional. Tampoco se dirige a los miembros del gabinete, porque ninguno actuaría motu propio, tomando decisiones ‘por sus pistolas’ y sin el aval del mandatario estatal.
Es aquí donde esas supuestas “cochinadas” contra el PRI tabasqueño estarían planeándose en otro sitio, alentada por personajes que en realidad están boicoteando la apertura política que Merino ha mostrado a todas las fuerzas políticas.
Este proceder de quienes se beneficiaron del tricolor por muchos años, ahora se han convertido en sus principales verdugos, sin el más mínimo sentido de moralidad y agradecimiento por haberlos hecho lo que hoy son. A pesar de ser un enfoque de ética política, no deja de ser llamativo que, estando ahora en el poder, busquen humillar, pisotear, a unas siglas que fueron su casa, su cobijo, a lo largo de décadas.
Por el lado del PRI, esta crisis financiera debe servirle para cerrar filas y ser solidario en lo que toca a sus barones más pudientes e importantes. Mucho es lo que Dagoberto Lara ha hecho para mantener la nave a flote, optimizando los recursos al punto de no cobrar su propio sueldo y poniendo incluso dinero de su bolsa cuando ha sido necesario.
Algo queda claro: ni Merino, ni Adán, ni Del Rivero son los destinatarios del mensaje de la coordinadora de la fracción del PRI. La ‘guerra sucia’ contra el tricolor proviene de otros lares, aunque con ello se genere un clima de inestabilidad política. Al final, esto es lo que buscan: meterle ruido a la gestión del Capitán. Es ‘fuego amigo’ en jugadas de tres bandas.
: LA RÚBRICA
El entorno cercano a Andrés Granier asegura que la denuncia contra el exgobernador Arturo Núñez, Fernando Valenzuela, Jorge Priego Solís y la magistrada Guadalupe Cadenas, se presentará la próxima semana. El Químico va a tribunales para no quedarse sólo en lo mediático… La calificadora Moody’s evaluó la calidad crediticia del municipio de Centro, calificándola con BBB y una perspectiva estable. Esta calificación favorable se debe al refinanciamiento de la deuda recibida, la contención del gasto y la mejoría en la recaudación de ingresos propios. Ello permitirá que la gestión de Yolanda Osuna consolide mejores resultados operativos y financieros. Moody’s estima que en 2022 y 2023 el municipio alcance una situación de superávit, tanto en el balance operativo como en el financiero, situación no vista desde 2017. La calificadora destaca que en 2022 el servicio de la deuda representará 4 por ciento de los ingresos operativos, porcentaje menor al observado en 2021 que fue de 7.4 por ciento.