CARTA ABIERTA
Luego de ausentarse de la mirada pública por algún tiempo, el exfiscal Fernando Valenzuela Pernas se pasea ya por Tabasco como ‘Juan por su casa’. Ha sido abordado por un medio radiofónico luego del revés propinado por la Suprema Corte en torno al caso ‘Duda razonable’. Pero esto le tiene sin cuidado, como si todos los tabasqueños fueran unos tontos. Ver para creer.
Descubierto al entrar a la Secretaría de Finanzas, respondió que hay un «linchamiento mediático» en su contra, cuando en realidad la propia comunidad estudiantil de la UJAT ha exigido retirarle la impartición de la catedra de Derecho por considerarlo un mal ejemplo de ética profesional para los estudiantes.
Incómodo, molesto por las preguntas del reportero Francisco Bautista Villegas, tanto que buscó arrebatarle el celular con el que grabó la entrevista, Valenzuela reapareció tras su más reciente entrevista, el 31 de diciembre de 2021. En aquella ocasión apenas tenía un mes de estrenarse el documental de Netflix donde tres hombres son acusados de un intento de secuestro y sentenciados injustamente a 50 años de prisión en un proceso penal amañado. Ahora dijo que no caerá en provocaciones y exteriorizó su “respeto” hacia la Suprema Corte.
Y bien, no estaría mal recordarle a este mal funcionario del gobierno de Arturo Núñez las razones por las cuales la SCJN lo señaló. No sólo a él, sino al entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jorge Priego Solís, y al juez que dictó sentencia condenatoria contra tres inocentes.
El 9 de diciembre de 2022, los magistrados resolvieron que la Fiscalía a cargo de Fernando Valenzuela fabricó el caso porque los policías no pidieron las grabaciones del lugar de los hechos, no entrevistaron a testigos, se contradicen en sus versiones, no identificaron ningún indicio, no encontraron ninguna comunicación entre los tres hombres, no aseguraron armas ni respetaron la cadena de custodia de los objetos y vehículos involucrados. Es más, la única testigo de los hechos defendía la inocencia de los acusados.
Mientras Valenzuela trata de defenderse ahora con argumentos pueriles, la Corte, esa que tanto dice respetar, dictaminó que “es un típico caso donde simplemente tres personas estuvieron en el lugar equivocado, en el momento equivocado, donde la arbitrariedad y el abuso de poder se hace patente, donde se tortura, donde se fabrican pruebas, donde se fabrican culpables y donde la justicia no importa (…)”.
Es más, la ministra Yazmín Esquivel, tan proclive a la 4T, propuso “el más alto grado de reparación posible y dar vista a las autoridades para que se abran las indagatorias esclarecer las responsabilidades administrativas y penales que procedan. Es un caso de abierta injusticia: un error judicial”.
De acuerdo a información publicada en El País a fines del año pasado, la Fiscalía torturó a los detenidos con golpes y ahogamientos con bolsas de plástico. Dos días más tarde el Ministerio Público concedió que no había pruebas suficientes para probar la tentativa de secuestro y ordenó su liberación. Sin embargo, en el primero de muchos giros inverosímiles, los agentes los detuvieron por el secuestro de otra persona, en hechos ocurridos el 26 de mayo de 2015.
Los ministros de la Corte han señalado al exfiscal Fernando Valenzuela y al expresidente del Poder Judicial, Jorge Priego Solís, como responsables de la “violación absoluta al derecho a la presunción de inocencia” en este célebre caso que atrajo las miradas dentro y fuera de México.
Todo lo anterior es a lo que Fernando Valenzuela se refiere como un “linchamiento mediático”.
Sobran los comentarios.
: LA RÚBRICA
Yolanda Osuna Huerta admite que no la pueden ‘dar por muerta’ en la lucha por la gubernatura. Aunque dijo estar enfocada en dar buenos resultados en su gestión, se dijo halagada de ser incluida como aspirante, junto a Rosalinda López Hernández y Mónica Fernández Balboa. Sin embargo, insistió en que lo más importante ahora es gobernar bien la capital: “Ahora me ocupo y no me distraigo». Sensata la postura de quien ha sido calificada en encuestas como la segunda mejor presidenta municipal del país, sólo detrás de la alcaldesa de Campeche.