CARTA ABIERTA
A pesar de todo lo esgrimido por sus detractores, no obstante todos los contratiempos políticos recién acusados, como la masiva manifestación en el Zócalo de la Ciudad de México, el presidente mantiene su nivel de aprobación.
Esto es algo inédito en la historia política del país, porque, normalmente, los reveses en la gestión presidencial se ven reflejados en la baja de las simpatías ciudadanas. Con el tabasqueño no ha sido así, lo que refleja que todo el peso del Gobierno federal, y del partido mismo, sigue recayendo sobre un carisma que es miel para sus millones de seguidores.
Es tanta la adoración, casi mística-religiosa, que más de la mitad de los mexicanos le profesa, que hace oídos sordos a las fuertes críticas de los opositores y a los contratiempos mismos de su gobernanza, entre los que destacan la imparable inflación, la inseguridad y los escándalos de corrupción que siguen sin castigarse en este y el pasado sexenio presidencial.
Esto es algo de lo que puede interpretarse tras la más reciente encuesta trimestral de El Universal. En ella, se asegura que el respaldo popular a la gestión del presidente alcanza 65%, según el estudio de Buendía & Márquez.
Tal como lo publica este diario, “en el último tercio de su gobierno, el respaldo sigue caracterizado por la estabilidad y un alto grado de aceptación. El nivel de apoyo no muestra variaciones relevantes desde hace un par de años y la cifra actual es similar a la registrada en la última medición. Igualmente, el rechazo a la gestión presidencial también muestra estabilidad al oscilar alrededor de una tercera parte de la población. Esta vez 29% reprueba su trabajo”.
Los programas sociales, sigue la nota, continúan siendo el ancla que sostiene el apoyo ciudadano al actual gobierno. En específico, los entrevistados señalan que el mayor logro del Presidente es la ayuda a los adultos mayores (29%) y un porcentaje similar menciona otro tipo de apoyos sociales, incluyendo la ayuda a los jóvenes. Otra pregunta de la encuesta apunta en la misma dirección: 53% opina que el gobierno del presidente López Obrador ha tomado medidas que lo han beneficiado, mientras que solo 29% sostiene que la administración lo ha perjudicado. Por otro lado, desde la óptica ciudadana, la inseguridad es el talón de Aquiles de este gobierno: 52% evalúa positivamente las acciones para reducir la inseguridad en el país, pero 44% las califica de manera negativa.
El combate a la corrupción no es considerado el mayor acierto de este gobierno. Solamente 2% lo señala espontáneamente como el mayor logro y un porcentaje idéntico opina lo contrario. Sin embargo, López Obrador recibe altas calificaciones: tres de cada cuatro mexicanos (73) lo consideran honesto y sólo 19% no lo hacen. La austeridad presidencial es otro de sus grandes activos: siete de cada 10 personas consideran que “tiene un estilo de vida sencillo”, mientras que 19% señala que “tiene un estilo de vida lujoso”.
Un tema que divide a la población, sigue abundando el diario de la CDMX, es cuán moderno es el Primer Mandatario. Cerca de la mitad de la población opina que “tiene ideas modernas” y la otra mitad opina que “tiene ideas anticuadas”.
En términos de opinión pública, dice esa encuesta, buena parte del éxito de AMLO radica en que se ha apropiado de la agenda del cambio: 68% consideran que AMLO representa un cambio y sólo 30% opinan que “es más de lo mismo”. Ello se traduce, entre otras cosas, en que una buena parte de la población (37%) considera que hay que darle más tiempo para que su gobierno dé resultados. El apoyo a su gestión es abrumador en este segmento. En cambio, entre quienes consideran que es hora de ver resultados su aprobación es menor. La paciencia ciudadana juega a favor del mandatario.
Y bien, estas son algunas de las claves que mantienen al tabasqueño con un cómodo colchón de popularidad. Para muchos resulta inverosímil tras escuchar las fuertes críticas de sus opositores, pero al mismo tiempo revela que sigue manteniendo una fuerte lealtad de sus simpatizantes. Y esto ha sido clave para que Morena siga teniendo buenos resultados electorales en la mayoría de las entidades que han cambiado de gobernador.
Por otra parte demuestra que ese discurso de austeridad, más los apoyos sociales, son muy bien evaluados por ese 65% de los mexicanos. No hay que olvidar otro factor de peso: las mañaneras. Criticadas por sus detractores, esas conferencias matutinas han servido como un control de daños para su gestión.
Tomando en cuenta todo lo anterior, la oposición no se enfrentará en 2024 al candidato presidencial de Morena, sino a López Obrador. De aquí deriva, quizá, esa sonrisa, a veces de ironía, que el primer mandatario le regala a los mexicanos de lunes a viernes en cadena nacional.