A pesar de que todos los resolutivos judiciales han dado la razón para que Mario Ross García sea nombrado nuevo dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), intereses ajenos se han opuesto a hacer cumplir la ley. Entre estos obstáculos han estado la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján, y el propio director de Pemex, Octavio Romero Oropesa.
De otra forma no se entiende que el líder sindical tabasqueño no haya podido tomar posesión del cargo, que por ahora está en poder del secretario interino Manuel Limón, impuesto a su vez por el tristemente célebre Carlos Romero Deschamps, el verdadero rey tras el trono en el sindicato petrolero.
La pregunta que se hacen los trabajadores y líderes del STPRM es si acaso ha habido algún pacto, algún acuerdo secreto entre Carlos Romero Deschamps, Luisa María Alcalde y Octavio Romero.
Sólo así se explicaría que tanto la titular de la STPS como el director de Pemex se hayan negado a acatar los resolutivos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que ordenan dar la Toma de Nota al exdirigente de la sección 44 de Pemex.
El hecho de que haya sospechas de contubernio entre Octavio Romero y Deschamps sería un duro golpe para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien ha tenido en la lucha contra la corrupción una de sus principales banderas políticas, situándolas como unas de las bases sobre la que se apoya la 4T.
No es todo; al reconocer un liderazgo apócrifo como el de Manuel Limón, los titulares de Pemex y la STPS están incurriendo en una violación de la ley. Esto implica que puedan ser sujetos de sendas demandas penales que podrían ponerlos tras las rejas al irrespetar una orden explícita de la SCJN.
PRIMER ENCUENTRO
De acuerdo a una información publicada por el diario Reforma, el director general de Pemex, Octavio Romero Oropesa, y el dirigente de los trabajadores petroleros, Carlos Romero Deschamps, negociaron el Contrato Colectivo de Trabajo 2019-2021 a fines de julio de 2019 (https://contraparte.mx/index.php/nacionales/29221-octavio-romero-y-deschamps-negocian-contrato-colectivo-de-pemex.html).
En la primera negociación con el actual gobierno federal, el exsenador del PRI pidió a Pemex la revisión del Tabulador de Salarios y la autorización para la firma de un convenio “para beneficiar” a sus agremiados.
La negociación se llevó a cabo en la Torre Corporativa de Pemex y el resultado se dio a conocer más tarde, de acuerdo con dicho medio.
Esta reunión violó todas las normas, porque entonces la legalidad del liderazgo de Deschamps había sido impugnado por Mario Ross García y un juez había resuelto a su favor.
Además, Romero Deschamps enfrentaba diversas acusaciones ante la Fiscalía General de la República (FGR) por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito y ha sido señalado de obtener prebendas discrecionales y no rendir cuentas de esos “apoyos” a su gremio.
Meses antes de su renuncia, envió a sus subalternos a fin de integrar con la empresa productiva del Estado una Comisión Mixta para fijar el nuevo Contrato Colectivo de Trabajo con miras a elevar el sueldo y las prestaciones de los petroleros.
En una postura tanto inaudita como inverosímil, durante la instalación de la Comisión Mixta, Romero Oropesa enarboló la “entrega, profesionalismo y compromiso” de los trabajadores y aseguró que los derechos laborales de los trabajadores serían respetados.
En este caso, el director de Pemex violó la ley al negociar con un liderazgo sindical sin validez legal.
LA REUNIÓN SECRETA
Pero ya había habido una cita anterior. En noviembre de 2018, un mes después de que Andrés Manuel López Obrador tomará posesión del cargo de presidente, los dos Romeros volvieron a reunirse, sólo que esta vez en secreto ((https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mario-maldonado/la-reunion-de-los-romero-de-pemex-en-tabasco).
He aquí la cita textual de lo escrito por el columnista de El Universal, Mario Maldonado, y que no hace sino acentuar los comentarios de un acuerdo entre ambos personajes:
“A Octavio Romero y a Carlos Romero Deschamps los une algo más que su apellido: son viejos conocidos y, como en las épocas del PRI y el PAN, el director de Pemex siempre le ha guardado respeto al líder del sindicato petrolero.
Si bien Romero Deschamps dejó formalmente la dirigencia del sindicato hace poco más de un mes, sus principales operadores, incluido el actual secretario general interino, Manuel Limón, siguen conduciendo los destinos de la poderosa unión de trabajadores.
El pasado 26 de julio publicamos en esta columna que el presidente Andrés Manuel López Obrador había pedido jubilar a Carlos Romero Deschamp ‘por las buenas’, sin represalias y con ‘mano suave’.
A cuatro meses de distancia, los hechos lo confirman: pese a lo escandaloso de su gestión, no han habido órdenes de aprehensión en su contra y ni si quiera se la han podido congelar sus cuentas, como amagó que sucedería el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, Santiago Nieto.
Más aún: es posible que el personaje supuestamente defenestrado por la 4T, mantenga el control del poderoso organismo sindical hasta finales del presente sexenio.
Según fuentes del gobierno y del propio Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, Romero Deschamps cuenta con la anuencia del hoy director general de Pemex, Octavio Romero, con quien habría entablado negociaciones en las últimas semanas del año pasado.
Fue el primer viernes de noviembre de 2018, para ser precisos, cuando los trabajadores de la plataforma de perforación en aguas someras ‘Yunuén’ presenciaron la llegada de un helicóptero de Pemex, del cual descendieron Romero Deschamps y el entonces titular de la empresa productiva del Estado, Carlos Treviño.
Horas más tarde arribó también a las instalaciones ubicadas en Paraíso, Tabasco, un tercer personaje, quien de inmediato se sumó a la reunión con los funcionarios y trabajadores petroleros.
El misterioso pasajero era Octavio Romero, quien en aquella ocasión platicó largo y tendido con su antecesor y con el todavía dirigente sindical.
Luego del encuentro en la plataforma, en el que se trataron temas hasta ahora desconocidos, Octavio Romero se presentó como invitado de honor en la posada del sindicato petrolero, el 7 de diciembre, ya como principal autoridad de la petrolera.
Asistentes a la celebración, realizada en el salón de fiestas de la sección 34 del STPRM, en la Ciudad de México, recuerdan al nuevo director general de Pemex muy cercano a Romero Deschamps.
Si bien no se tiene registrada otra reunión posterior entre los dos Romeros, las fuentes denuncian una posible protección de Romero Oropeza hacia el multimillonario líder sindical, con la reserva incluso de documentos sobre beneficios especiales de la empresa hacia su sindicato.
El tema se sumaría al apoyo que Romero Deschamps recibe de la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien se convirtió en la principal cabildera del priista e intentó una y otra vez, como le informamos también en este espacio, reunirlo directamente con el presidente de la República.
Tal entramado estaría justificando la permanencia de un incondicional de Carlos Romero en la dirigencia interina del sindicato petrolero, así como la negativa del gobierno federal, a través de la Secretaría del Trabajo, para facilitar la toma de nota de cualquier otro líder de sección.
También explica por qué las investigaciones contra Romero Deschamps sólo han tenido una función mediática y la razón por la que el único oficio que la UIF ha girado contra sus cuentas bancarias –de folio 110/E/445/2019— es un requerimiento de información, no de congelamiento.
Es así que a Manuel Limón, actual diputado federal por el PRI y otrora tesorero del sindicato con Romero Deschamps, se le abre el camino para que, según la fracción III del artículo 151 de los Estatutos del sindicato petrolero, mantenga las riendas de la organización hasta 2024, mismo año en que, en el papel, debería estar concluida la Cuarta Transformación”.
Hasta aquí el texto íntegro de esa publicación que tanta relevancia tiene ahora, justo cuando las cabezas de Pemex y la STPS se niegan a reconocer la validez jurídica del nombramiento de Mario Ross como nuevo dirigente del STPRM .
MÚLTIPLES ANOMALÍAS
Y es que el activista por el Bienestar de los Sindicalizados del STPRM, Mario Ross García, ha reiterado la ilegitimidad del liderazgo de Manuel Limón en el STPRM. Dice que actual secretario interino ha violado los estatutos y el artículo 62 de la Constitución.
“No puede ostentarse como legislador y a la vez ser representante de los trabajadores sindicalizados del STPRM. Hay dualidad de funciones, además de que cobra salario en PEMEX (Cláusula 251) y cobra dieta como diputado.
“Además no tiene oficialmente la Toma de Nota de acuerdo al requerimiento de la juez del Octavo distrito, quien solicitó a la Secretaría del Trabajo todo lo actuado al respecto. Aquí también se debe aclarar que sin Toma de Nota ha estado administrando el Contrato Colectivo de Trabajo y recibe las prerrogativas ostentosas que se manifiesta en el mismo”, ha dicho públicamente en reiteradas ocasiones.
Manifiesta que en el actual Contrato Colectivo de Trabajo hay un fraude a PEMEX y recuerda que cuando la juez del Distrito Octavo vuelve a diferir la audiencia constitucional, el 18 de Noviembre 2019, Limón aprovecha la oportunidad para promover convocatoria y elegir al nuevo secretario general del STPRM.
Señala que, según instrucciones el exlíder sindical Carlos Antonio Romero Deschamps, el elegido para ocupar el cargo era Ricardo Aldana Prieto, pero esta intención “quedó trunca porque la juez del Distrito Octavo emitió sentencia el 19 de diciembre 2019 de manera contundente a mi favor”.
Ross García explica que de esta forma Carlos Antonio Romero Deschamps y Manuel Limón quedaron exhibidos al comprobarse que este último carecía de la Toma De Nota y por ende no debía haber administrado el Contrato Colectivo de Trabajo entre PEMEX y el STPRM. El luchador por la causa sindical asegura que esta condición sigue causando fraudes a PEMEX.
TRAMPAS AL POR MAYOR
Señala que al perder el amparo, Limón buscó promover un recurso de revisión ante el colegiado. Para ello necesitaban la personalidad jurídica y entonces se acercaron a la secretaría del Trabajo, Luisa Maria Alcalde Luján, y esta le extendió una Toma de Nota apócrifa.
A partir de ese momento, sin cumplir con los términos de la reforma laboral que ordena el voto libre y secreto, Luisa María Alcalde Luján se contradijo al otorgar la Toma de Nota con vigencia hasta el 31 de diciembre 2024 a Manuel Limón como secretario general interino del STPRM.
“La secretaria del Trabajo y el señor Limón violaron los estatutos y desobedecieron una orden judicial, porque la juez del Octavo Distrito había advertido que no podía emitirse la Toma de Nota hasta que no se resolviera el amparo en litigio”, ha dicho en varias ocasiones a los medios de información del país.
SENADO LE DA LA RAZÓN
Mario Ross recuerda que el 29 de mayo de 2019 fue aprobado un exhorto del Senado de la República Mexicana, firmado por el presidente del senado, Martí Batres Guadarrama.
En ese documento se da la instrucción para que se le haga la entrega de la Toma de Nota a Mario Rubicel Ross García, pero la secretaria del Trabajo, Luisa Maria Alcalde Luján, incurrió en desacato y así ha permanecido hasta ahora.
En vista de esta acción ilegal de la funcionaria es que Mario Ross optó por promover un amparo ante la juez Octava de Distrito. El 9 de septiembre, esta magistrada solicitó a la STPS todo lo actuado al respecto, dándose cuenta que no había Toma de Nota otorgada con vigencia en ese momento.
Esto se traduce en que la Secretaría General del Sindicato Petrolero haya estado vacante durante todo este tiempo, razón por la cual se dio procedencia al amparo 2020/2019, promoviéndose la primera audiencia constitucional el 14 de octubre 2019. Justo en esta fecha Carlos Romero Deschamps renunció al liderazgo sindical, maniobrando para que Manuel Limón quedara como secretario interino, lo que se ha traducido en una de las mayores infamias contra los derechos de los trabajadores y contra el respeto al imperio de la ley en México.
Al final de todo este desacato judicial por parte de Luisa María Alcalde y Octavio Romero, queda la fuerte duda sobre si ambos siguen protegiendo los intereses de Deschamps en el sindicato petrolero.
Lo más grave para ambos funcionarios públicos es que, al desacatar las resoluciones de la SCJN a favor de Mario Ross, corren el riesgo de ser demandados e ir a prisión por muchos años. Es evidente que con estas acciones al margen de la ley están traicionando la confianza que el presidente ha depositado en ambos para transparentar la vida pública del país.
¿Estará enterado el presidente de todas las anomalías cometidas por Luisa Alcalde y Octavio Romero? Es la pregunta que se hacen a diario los trabajadores petroleros del país.