En vista de la actual contingencia climática que vive Villahermosa y su zona connurbada, que amenaza con repetir la Gran Inundación de 2007, se transcribe la columna publicada el 2 de octubre de este año, bajo el encabezado «Evaristo ya lo había advertido» y que cobra plena vigencia:
«Todo mundo se desgarra ahora las vestiduras por las inundaciones en la ciudad, causadas por el más reciente temporal. Sin embargo, ahora resuenan las advertencias del alcalde Evaristo Hernández en relación a que algo así se repetiría en caso de no renovarse el drenaje pluvial y el sistema de agua potable en general. Y, sí, se repitió.
Desde el inicio de su gestión, hace dos años, Evaristo Hernández puso el cambio de drenaje y la modernización integral del sistema de agua potable como uno de los ejes de su administración.
Expuso que para evitar más inundaciones debía cambiarse la red de alcantarillado obsoleta, con más de sesenta años de operación. Para ello propuso concesionar el servicio del suministro del líquido a una empresa privada y que esta se hiciera cargo de esa cuantiosa inversión, estimada en más de tres mil millones de pesos.
Sin embargo, sus adversarios políticos vieron la oportunidad de echar abajo su proyecto. Con el viejo cuento de que Evaristo quería privatizar el servicio de agua y aumentar el cobro, hicieron lo imposible para estigmatizar la propuesta, engañando a la ciudadanía con el cuento de que el Gobierno ya no tendría control sobre el líquido. Esta denostación se operó aún sabiendo que iba en perjuicio de los ciudadanos.
Y, bueno, ahí están las consecuencias. El fuerte temporal del miércoles 30 de septiembre inundó varias colonias de Villahermosa. Entre ellas las populosas Tamulté de las Barrancas, Gaviotas, Indeco, Buena Vista y algunas más. En las redes se subieron muchos videos al respecto, algunos de ellos culpando al Municipio del desastre.
Pero ya se vio que haber boicoteado el cambio integral de los drenajes pluvial y fluvial ha seguido afectando a los villahermosinos. Y seguirá pasando hasta que no se entienda que la modernización de la infraestructura citadina debe estar exenta de intereses políticos. Porque han sido los intereses políticos, radicados en dejar fuera a Evaristo de la aún lejana carrera por la gubernatura, lo que ha generado este nuevo caos en varias partes de la ciudad.
Por desgracia, los tintes políticos siguen teniendo a Tabasco en el atraso. Los detractores del alcalde saben muy bien que transformar el drenaje de la ciudad, modernizar el servicio de agua potable, cambiar la red de tuberías, le traería muchas simpatías. Le habría dado un fuerte empuje, ubicándolo como el presidente municipal que supo atajar de fondo los viejos problemas estructurales de la capital.
Ahora que a muchos se les revuelven las entrañas al ver cómo la ciudad se va de nuevo al agua, afectando a miles de familias, es oportuno recordar que el alcalde ya lo había advertido. No sólo pasó de nuevo sino que seguirá sucediendo hasta en tanto no se tomen medidas serias y de fondo, donde prevalezca el interés general de los tabasqueños.
Porque el cambio del drenaje profundo, aunque no se vea al exterior, al final beneficiará al colectivo. Ya se ve que la demagogia y el populismo no son siempre buenos consejeros cuando está de por medio la seguridad y el patrimonio de la población«.
Hasta aquí esa columna que cobra nueva actualidad en vista de los últimos acontecimientos. Es el costo que estamos pagando todos los habitantes de Villahermosa y sus alrededores por ese boicot con tintes políticos.