El Comején…T en Carta Abierta

Por la esquina del viejo barrio Esquipulas, que conforman las calles Maxilar y Garganta Profunda, enfrente del antro Mastoideo, se toparon Eustaquio Sordo y Amígdalo Lenguado, quienes llevaban años sin hablarse.
Lo anterior debido a que Eustaquio es medio sordo y Amígdalo casi siempre anda inflamado y por más que le gritaba para saludarlo, el otro no lo escuchaba, pero una vez salvadas las diferencias, agarraron la plática.
Oyes Sordo- dijo Amígdalo- te escucho -respondió Eustaquio-; no, me refiero a que si sabes ¿que ya van a dar apoyos para los de 60 a 64 años de edad, y también para los discapacitados?- rectificó Amígdalo, pues es dueño de un taller de rectificaciones.
Había yo medio escuchado algo, ya ves que soy medio sordo- precisó Eustaquio, quien asiste como oyente a un curso para aspirantes a telefonistas- pero ahorita soy todo oídos- remató, porque además le encanta rematar goles y objetos de segunda mano y hasta de tercera pata.
Bueno, el gobernador electo- comentó Amígdalo y Eustaquio lo interrumpió- ¿erecto? ¿Cómo es eso?-; dije electo- volvió a rectificar el rectificador y el medio oyente respondió-¡Ah!- y de inmediato reviró Amí- si sigues interrumpiendo, mañana vienes por la ¡Eh!
Al quedarse callado y trompudo Eustaquio, Lenguado le soltó todo el rollo, una vez que salió de baño y luego le explicó el beneficio que pretende otorgar el gobernador electo Javier May, a los adultos mayores, así como a los discapacitados.
Pues yo tengo 60 y tú ¿Cuánto tienes?- preguntó Amígdalo a Sordo y éste contestó- 63, ya la hicimos, nos da pa´ dos caguamas, pero vamos con ‘Marco el pinto’, porque en ‘El Submarino’ hasta los meseros te roban.
No Eustaquio, yo te hablo de nuestras edades pa´ entrar al programa, van a censar casa por casa- aclaró Amígdalo y por fin entendió Eustaquio.
Entonces-externó Sordo- yo puedo recibir dos pensiones, porque además de viejo, soy Sordo, así que yo te invitó con Marquitos- ;no puedo- explicó Amígdalo- mañana voy a llevar a mi familia a Río Seco, porque cree mi mujer que como está rosado, pronto llegarán los flamingos- y ahí se despidieron.