CÁBALA
Los sucesos violentos en Tabasco relacionados con el ataque al “DBar” del que han dado cuenta ya medios de comunicación y redes sociales, amplió de nuevo el debate sobre las estrategias de seguridad en el país, respecto a la debilidad del Estado mexicano por un lado y la desconfianza ciudadana que ha trastocado el miedo y la incertidumbre social.
El análisis de resultados de la estrategia de seguridad es contrastante, de manera oficial se miden por decomisos, ejecutados “entre bandas locales”, e investigaciones en curso. En lado opuesto, los “daños colaterales” y la muerte de civiles, metió a la sociedad a un debate que había mantenido bajo reserva.
La “escala” de la violencia ha preocupado ya inclusive a legisladores locales, que advierten, de acuerdo a la experiencia presentada en otros estados, que luego de las ejecuciones de civiles al “azar” o por estar a la hora y en lugar equivocados, continúen con empresarios, ganaderos, políticos, funcionarios, alcaldes y hasta periodistas.
El “fatalismo” desde luego se justifica con una sola palabra: “miedo”. El crimen organizado, también sabe enviar mensajes.
La estrategia oficial a mediano y largo plazo podría ser la acertada, tanto en el acceso de mandos militares a corporaciones, como la reacción de las instituciones a las acciones de grupos delincuenciales; empero en el corto plazo, se prevén rebasados.
Si bien el Estado, ha puesto énfasis en atender los fenómenos que inciden en la participación de un sector de la población en este tipo de ilícitos: recuperar los espacios públicos, fomentar los programas de empleo hacia los jóvenes, becas escolares para ampliar su rengo de oportunidades, apoyo a productores, pescadores y programas que ayuden a la restauración del tejido social; La opinión pública, también está en la ruta de exigir condiciones de seguridad, teniendo al “DBAR” como detonante.
Hasta ahora.
Lejos de la politización de los problemas de inseguridad pues, la tragedia de este fin de semana, coloca a Tabasco ya, en el rango de los estados con problemas de preocupación social generados por grupos criminales que se pelean el control del país.
Uno de los riesgos en toda esta trama, comentamos también en entregas anteriores, era de la “normalizar” la violencia en Tabasco. “Barredora, CJNG, Poncha Llantas, el punto, ejecuciones”, forman parte del vocablo diario ya en el trópico.
Luego de los jóvenes civiles o inocentes caídos en esta pugna, en la escala de la violencia los tabasqueños se preguntarán ahora:
¿Quién sigue?
O como diría el Obispo, persignarse si van a salir.
Kybalión.- Luego de las reacciones y posicionamientos mediáticos de las fracciones parlamentarias en el congreso local sobre los hechos violentos del fin de semana, se esperaría una sesión intensa este martes en la tribuna del poder legislativo.
No se ha presentado en los últimos 75 días, debate alguno que mida paradas entre pares.
De lado de Morena Marcos Rosendo Medina Filigrana y Jorge Bracamontes, están más que puestos. PRD y MC, traen con que querer.
Veremos.