CARTA ABIERTA 

La oscuridad en el exedén ya no sólo es una metáfora política: es literal. Colonias, fraccionamientos y villas enteras pasan días enteros sin electricidad, entre ventiladores apagados, refrigeradores muertos y el calor que no da tregua ni de noche.

Y mientras las familias bloquean avenidas en busca de soluciones, en los altos mandos de la CFE reina la inercia, esa forma pasiva de negar la realidad ante el desastre dejado por Manuel Bartlett Díaz, ese tabasqueño renegado que tanto odia a sus paisanos.

Lo que indigna es que a nadie con poder de decisión parezca importarle de verdad, salvo a los propios ciudadanos. Es ahí donde el gesto de la alcaldesa de Centro, Yolanda Osuna, cobra un valor poco común: ha dado la cara sin teatralidad, sin cruzarse de brazos. Anuncia reuniones con la CFE, escucha a los afectados, reconoce el problema y toma notas. En medio de tanta irresponsabilidad institucional, parece insuficiente, pero es bastante.

En contraste, hay quienes prefieren la comedia involuntaria. José Medel Córdova Pérez, diputado local de Morena, protagonizó el jueves una escena que bien podría ser parte de una obra absurda: “No somos la Santa Inquisición para estar llamando a todos los funcionarios”, declaró, como si pedir cuentas fuera un acto medieval.

Bastó esa frase para bautizarlo como #LordInquisición, título merecido para quien parece más preocupado por no incomodar a la CFE que por defender a quienes lo eligieron.

La lógica detrás de su argumento es desconcertante: como la infraestructura es vieja y el crecimiento urbano acelerado, pues ni modo, hay que entender.

¿Y el papel del Congreso? ¿Y la obligación de supervisar, exigir respuestas, levantar la voz ante los funcionarios de todo nivel, en nombre de quienes pasan las de Caín en esta época donde las temperaturas llegan casi a los 50 grados centígrados? Bien gracias.

Por si faltara otro personaje en este cuadro tragicómico, apareció el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, José Antonio Morales Notario, asegurando que no ha recibido una sola queja formal contra la CFE.

Tal vez no ha salido a la calle últimamente. O quizá espera que el ciudadano que perdió su insulina por falta de refrigeración le redacte un amparo en papel membretado. O que los alumnos y maestros de las escuelas con aire y sin aire acondicionado hagan su tarea. Lo que uno esperaría de su oficina es proactividad: actuar de oficio, defender derechos, mover algo. Pero no. Pasmo total.

Mientras tanto, las protestas se multiplican. La gente, harta de ser ignorada, ha encontrado que solo bloqueando calles se les escucha. No porque quieran causar caos, sino porque todo lo demás ha fallado.

La escena es clara: tabasqueños pagando las malas decisiones de los seis años de la era Bartlett en la CFE, una alcaldesa que actúa con seriedad en nombre de los afectados, un diputado que se esconde en pretextos y un defensor de derechos mirando para otro lado.

El telón cae cada noche con un calor sofocante, cuando la luz se va. Y vuelve a subir al día siguiente para confirmar la inoperancia de quienes operan el suministro eléctrico.

La sentencia pública es tajante: los tabasqueños no merecen estar en manos de tanta desvergüenza oficial.

 

: LA RÚBRICA

El IEPC, encabezado por Elizabeth Nava, reconoce la baja expectativa de participación en la inédita elección judicial del 1 de junio. Nava estima una asistencia de apenas el 20%. A diferencia de las consultas populares, esta elección será válida incluso con un solo voto, lo que refleja una flexibilidad que podría cuestionarse. La novedad de este proceso, sumada a su carácter atípico, genera incertidumbre. En los días que faltan para la elección, urge fomentar la participación ciudadana y, tras los comicios, evaluar reformas, como el voto electrónico, para fortalecer este tipo de procesos organizados al vapor…En el PVEM de Diego de la O Cetina parecen no entender nada o fingen no hacerlo. Culpan a campañas «irresponsables» por el escaso interés en la elección judicial, cuando el verdadero factor es el hastío ciudadano. Pretenden disfrazar la apatía con discursos sobre democracia y participación, como si el rechazo fuera inducido y no una respuesta lógica ante un proceso mal planteado. Ridículo resulta que ya vayan preparando el pretexto para justificar la baja afluencia: culpar a otros por lo que, en realidad, es una decisión mayoritaria… Mientras Pemex se ahoga en deudas y su producción cae en picada, sigue derrochando millones. El reportaje de Nicasio Arias en El Heraldo de Tabasco revela que entre 2023 y mayo de 2025, la petrolera destinó más de 33 millones de pesos a mantener 11 casas de visita, con la de Villahermosa a la cabeza: 14.7 millones en servicios de hospedaje, alimentación y transporte. Un lujo insultante en medio de la crisis. Aunque el texto no lo menciona, este despropósito tiene nombre y apellido: Octavio Romero Oropeza, exdirector de Pemex y brazo ejecutor de un proyecto que tiene a la empresa al borde del colapso. ¿Quién responde por este gasto innecesario mientras la producción de petróleo en Tabasco se desploma 50 mil barriles diarios? La casa se cae, pero los privilegiados siguen gozando de banquetes en salones alfombrados con dinero público.

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63