FRANJA SUR

Javier May, secretario de Bienestar federal, dijo una gran verdad en la conferencia de prensa el sábado pasado, donde anunció el inicio de los pagos a 200 mil damnificados que dejaron las inundaciones recientes.

Afirmó en ese encuentro con los periodistas, en el que estuvo a su lado el gobernador Adán Augusto, que ellos no eran iguales a los gobiernos del pasado. Y se refería al tema de la distribución de la 10 mil pesos, tras levantar los censos.

En efecto, para nada son iguales pues en la histórica inundación de 2007 que dejó un millón 200 mil damnificados, leyó usted bien, un millón 200 mil damnificados, ese gobierno demostró organización durante toda la tragedia.

Hubo orden en el reparto de las despensas en la Quinta Grijalva, y en las cocinas comunitarias que instaló la Secretaría de la Defensa Nacional, una de ellas frente a la Catedral de Tabasco.

Se recuerda con nitidez que en aquel desastre, el más grande en la historia reciente, el gobernador Andrés Granier contó con el respaldo de todo su gabinete. Los secretarios y subsecretarios estaban a cargo de zonas afectadas para ayudar a la población.

Esto es, Granier no individualizó la acción gubernamental, sino que la socializó y todas las manos del gobierno estatal, con el apoyo del federal, trabajaron permanentemente de manera organizada. Sí, tiene razón May, no son iguales, esta administración con aquella.

Hace trece años las autoridades distribuyeron vales por la cantidad de 10 mil pesos –que entonces rendían más—y, la verdad, la verdad no se observó anarquía, esas aglomeraciones, ese gigantesco desorden que todo México vio el domingo durante la entrega de los 10 mil pesos. Y, en plena pandemia de coronavirus.

Pero debemos comprender el hecho, ya que en el 2007 el gobierno federal y estatal se apoyó en el Fondo para Desastres Naturales, esto es, el Fonden, con funcionarios expertos en el tema, pero al cancelarlo, este gobierno está hoy en la vía de aprendizaje, de la improvisación.

Imagínese, dejaron todo en manos de Javier May, un bisoño en la administración federal y, en un tema de gran envergadura, que si bien dicen que tiene experiencia en la promoción electoral, en el asunto de repartir la ayuda a los damnificados, no mostró lo que dicen que sabe.

A eso se deben los desgarriates que se registran en el reflujo de la inundación de 2020, con múltiples quejas que se dieron por la falta de ayuda oportuna y los plantones de inconformes en distintos puntos del estado.

Para cerrar con broche de oro en la entrega de los 10 mil pesos esta autoridad se “lució” el domingo mostrando la descoordinación que hay entre el gobierno federal y estatal.

Así, con el tema de la inundación, Javier May, lo mismo que Adán Augusto, quisieron brillar por separado, pero la verdad sea dicha, mostraron el cobre.

Y tiene toda la razón don Javier May, no son iguales a los gobiernos pasados. Dirán los del pasado: “Ni Dios lo quiera”.

Ahí se las dejo.

Por René Alberto López

39 años de trayectoria en el periodismo, ejercicio que inició en su natal Cárdenas en 1981. Ha publicado en diversos medios de Tabasco, Campeche y Chiapas. Dos premios estatales de Periodismo en Campeche, y en Tabasco recibió el reconocimiento "De Periodista a periodista". Corresponsal del diario nacional La Jornada y de la agencia internacional France Press (AFP).