LA AGENDA EN RED
Comenzamos el año nuevo con dos temas relevantes, el primero, que para este columnista es el más importante de todos, es la complicada función del gobierno estatal para contener la pandemia que nos azota.
El control de esta se perdió desde que el gobierno federal por medio del secretario de bienestar, Javier May, entro a Tabasco a resolver el daño causado a los tabasqueños por el mal uso de las presas y el mal tiempo. May, con tal de obtener los reflectores para comenzar su absurdo sueño de querer ser gobernador, se encaramó a una tarima imaginaria para darse a conocer ante este pueblo.
El problema es que, debido a su escasa capacidad para distribuir la ayuda gubernamental, el funcionario simplemente no funcionó. Desde un inicio su ejército de los llamados “siervos de la nación” simplemente no se pudo porque les ganó la ambición, el amiguismo y los intereses para apoyar y anotar a quienes mayor ganancia o beneficio político les ganó, y desde ahí, comenzó el desorden y la debacle del suspirante.
Lo malo que todo ello trajo problemas de tal medida que el propio presidente de la nación, Andrés Manuel López Obrador pegara un manotazo en su escritorio y diera instrucciones para subsanar el ridículo ante tal desorganización y reconociera aumentar la cifra de damnificados que no fueron censados por las prisas del funcionario quien tuvo que reconocer el tamaño de su incapacidad.
Fue tal esta deficiencia que el padrón de los siervos y de su jefe subiera de 30 mil a 200 mil y con ello, aumentara la dispersión de pagos por los daños causados por las pasadas inundaciones.
La falta de organización, método, sistema y personal expuso a miles de familias tabasqueñas ante el contagio de esta mortal enfermedad. Desde esas fechas se comenzó a calcular a los infectados y a los círculos de contagios de ellos mismos.
Lo leyó usted en la última columna que escribí en el mes de diciembre sobre las consecuencias que esta desorganización traería y la cantidad de víctimas que habría y que los causantes de esto tendrían nombres y apellidos. Y ya salieron a la palestra.
Hoy el gobernador Adán Augusto López Hernández, anuncia en un tono molesto ante las cifras de contagiados y muertes que se lleva contabilizado que el estado podría entrar al semáforo epidemiológico rojo. Una medida que para muchos debió de haberse instalarse desde hace ratos, pero que al parecer los intereses políticos y económicos estuvieron muy por encima de la salud de la gente. Una gente que, aparte de lo comentado, mostró su verdadero rostro en estas fechas de necia, terca e ignorante, no se guardó, al contrario, se desató y le valió todo.
El caso es que mientras tanto, la gran mayoría que si se preocupan de que harán si llegaran a ser contagiados porque saben bien, que los hospitales de nueva cuenta están a punto de colapsarse y que el personal médico está cansado y harto de saber que existe tanto valemadrismo en un gran sector de la gente. En fin, algo deberá de hacerse, aunque quizá esto sea demasiado tarde. Las consecuencias estarán todavía a la vista más adelante.
La clase política ante el Covid-19
El segundo tema que también llama la atención es como la clase política de Tabasco está más preocupada en saber si irán sus partidos en alianza o no.
Pero hay quienes desde la comodidad de sus aposentos esperan que los de abajo se destrocen y ellos mientras tanto disfruten de tanta ignorancia de sus seguidores.
Este tema merece comentario aparte, porque surgen dudas y nos preguntamos ¿de qué están hechos los políticos de mi tierra? Acaso el interés del poder es tanto que se les olvida que esta epidemia no terminará en la próxima elección del 2021, al contrario, creemos que el rebrote del covid no tiene fecha, ni tampoco palabra, esto es simplemente un atrevido acto de insensatez de los genios de la política.
¿Quién cree usted se atreverá a hacer campañas políticas ante esta latente amenaza? ¿De verdad consideran que la gente participará en actos de campañas y mítines? ¿puede usted imaginar a los candidatos caminando en las calles y comunidades con un centenar de zalameros? ¿Y si se enferman? ¿quién pagará los gastos médicos, o el gobierno tendrá que pagarlos?… en fin, todo esto se presentará el próximo semestre y habrá que saber quién tendrá la razón en este tiempo.
Va Directo.- Nos hemos enterados que nuestro buen amigo, el Doctor Luis Felipe Graham Zapata y su esposa Marisela, continúan graves en un conocido hospital de esta capital debido a esta enfermedad que a muchos nos ha quitado amigos y hasta familia. Los que conformamos la mesa de Quillos Café confiamos plenamente en que nuestro Señor Jesucristo con su gran poder los hará salir sanos y salvos muy pronto. Que así sea. Amén.