PARA USTED
Hoy en día las pasiones que se desatan en todos los estratos sociales y escenarios políticos, económicos, académicos, empresariales y de la sociedad tabasqueña misma, al igual que en las redes sociales, cuando el tema tratado tiene que ver nuestra entidad y sus tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal; yo agregaría el acontecer del congreso del estado), son impresionantes.
Los calificativos más soeces (tanto a favor, como en contra), se usan para atacar, ridiculizar, desacreditar o intimidar a cualquiera que emita opiniones o análisis que se circunscriban a la realidad de los tabasqueños y su terruño.
La irracionalidad priva por encima de cualquier intento serio de aproximarse a la coyuntura tabasqueña. Hemos llegado a un estadio en el que no existen “medias tintas”. A esto, sencillamente, se le puede denominar: “política visceral”, una forma de acción asociada a las emociones en extremo que minimiza o simplemente, elimina toda posibilidad de diálogo para resolver las diferencias políticas o cualesquiera que estas sean.
Esta política visceral, se desarrolla fundamentalmente desde todos los escenarios habidos y por haber; al igual que en las redes sociales. Algunos actores la practican con absoluta transparencia en su identidad pública y otros bajo el anonimato. Consiste en asumir una actitud de supremacía moral cual santo tribunal de inquisición y desdeñar ofensivamente de líderes políticos, sociales o empresariales que expresen opiniones distintas a los planteamientos “duros” esbozados desde la visceralidad.
Esta práctica recurrente en los últimos tiempos, ha logrado permear en la gran mayoría, por no decir en todos, los sectores de la sociedad tabasqueña que han optado por desconectarse del liderazgo, generando consecuencias terribles que tienen que ver con la ultra-fragmentación del descontento generalizado de la población, la siembra de la desconfianza en muchos líderes, el descrédito de la política como forma de procesar las diferencias en una sociedad, entre otras.
El término visceral remite a lo que tiene relación con las vísceras u órganos internos. De modo figurado suele remitir a formas de ser descarnadas y que se caracterizan por una profunda emotividad; en este sentido el término guarda relación ante todo con cuestiones psicológicas.
La persona visceral, al no cumplirse su deseo, reacciona con ira, grita, patalea, agrede, se ofusca; el argumento deja paso al insulto, y el razonamiento al eructo soez, en una sopa intestinal de descalificación.
Si es verdad lo que vociferan y predican constantemente el ejército de chairos, focas amaestradas, matraqueros, aplaudidores y porristas de la Cuarta Transformación en Tabasco (4T), en el sentido de que el gobierno Morenista en la entidad, tiene los mayores índices de beneplácito y aprobación de los tabasqueños, de cara a los comicios del presente año, entonces, ¿Por qué actúan en base a las vísceras?
El tema del despido del titular del Hospital de la Mujer y del personal administrativo, está en boca de todos y aunque usted no lo crea, la razón se la están dando al profesionista de la medicina despedido de su cargo, porque también es un destacado pediatra; insisten en que se le debió separar momentáneamente de su cargo y realizar las averiguaciones pertinentes, pero no fue así; se le descabezó, sin más ni más.
De verdad, es ilógico pensar y aún creer, que dadas las actuales condiciones de desempleo, falta de oportunidades, inseguridad, nulo desarrollo social, moche de salarios, bonos, aguinaldos y prestaciones y, como corolario la pandemia del Covid 19 o coronavirus, con sus miles de fallecidos, tengan a Morena (actual partido en el poder), con altos índices de aceptación popular.
De verdad, salda usted amable lector a la calle y pregúntele a 10 tabasqueños lo que opinan del gobierno y de sus autoridades, y la verdad saldrá a flote; hay un desencanto, rabia, coraje, tristeza, hartazgo ante tanta negatividad, soberbia, indiferencia, por mencionar algunos términos.
A Tabasco, no le ha ido bien con los gobiernos de la Cuarta Transformación (Morena); esa es la cruel verdad; el Presidente tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, se ha desentendido de los problemas de Tabasco; se esconde constantemente y no viene a la entidad porque sabe que los reclamos suben de volumen y son más cada vez; por eso desde los cielos (helicóptero), solamente observa, pero no pone los pies en suelo estatal.
En La Línea de Fuego. Hasta este momento, el gobernador Adán Augusto López Hernández, de cara al proceso electoral en su vértice estatal (presidencias municipales y diputaciones locales), tiene la mayoría de las canicas a su favor. La renuncia de Gerardo Gaudiano Rovirosa, al PRD, (con presencia entre las bases solaztequistas), confirma que poco a poco se ha venido apoderando del PRI (con un Dagoberto Lara Sedas, sin liderazgo, ambicioso de dinero y vulnerable por los cuatro costados), y ahora, con un partido del sol azteca, debilitado, enfrentado entre sus dirigentes y militantes, pero además con mala fama como partido al cargar la loza del pésimo gobierno de Arturo Núñez. Además, no olvidemos que el inquilino de la Quinta Grijalva, sabe operar con dinero; tiene abundantes recursos para hacerlo y sabe cómo; tiene a su favor a las autoridades electorales, IEPCDT y TET; además de las fuerzas del orden público. Por lo menos, si las elecciones fueran mañana, gana Centro y cuando mínimo la mitad de los escaños en el Congreso estatal, aunque, claro, la “alineación de los astros” puede cambiar; aunque no está ni manco ni tullido; va arrebatar, su destino y su gobierno pende de ello.
En La Línea de Golpeo. De igual manera, se trata de jalar hacia él (AALH) a la militancia y simpatizantes del PRD, aunque Morena, solo sea de membrete, porque ni le interesa como partido; se trata de los votos constantes y sonantes. Son más que evidentes las luchas de los grupos dentro de Morena y por ello, esos sufragios; esos liderazgos, esos militantes y simpatizantes, son el botín a ganar y, por angas o mangas, al parecer el gobernador López Hernández “lleva mano”, en la pepena y en la repartición. De todas formas, los escenarios podrían, paulatinamente, ir cambiando, tan luego se sepan los nombres de los abanderados morenistas y de otras circunstancias, supuestamente externas, pero que infieren en el ámbito interno del gobierno tabasqueño. Al tiempo.
Los Malosos. Susceptible de un análisis más profundo, lo único que podrían ofertar los abanderados locales de Morena, son las acciones que el gobierno federal (ojo, federal, no estatal), vienen haciendo en la entidad; aunque la mayoría tenga que ver con los programas sociales, que no son otra cosa que bancos o reservas de votos para las elecciones. Las instancias estatales y municipales morenistas se han caracterizado por malas administraciones públicas, carentes de resultados, pero muchas ganancias monetarias para pocos bolsillos. PRI y PRD deben aprovechar ese hartazgo y desencanto por las promesas y compromisos incumplidos, destacando la corrupción latente que hay en las administraciones emanadas del partido vino tinto. Malos gobiernos, escasos y nulos resultados, que no son para presumir ante nadie. En Tabasco, todas las obras y acciones las hace el gobierno federal o federación; y párele usted de contar. Fue todo por hoy. Hasta mañana, Dios mediante.