FRANJA SUR
Con el tema de la vacuna el gobierno federal nos trae como el cuento del lobo: que más hoy, que más mañana, y mientras, miles de mexicanos se contagian y cientos mueren cada 24 horas en los hospitales.
La verdad, la verdad, estar moviendo información esperanzadora es parte de una estrategia gubernamental, para que los ciudadanos no desesperen, para darle un soplo de aliento.
Y como parte de las tácticas gubernamentales, cuente el lector los anuncios de los semáforos epidemiológicos y de cuantas acciones puedan promover a fin de distraer al pueblo para que no cunda el pánico.
Sobre todo, en vísperas de las elecciones de 2021, en las que no le cuadran los votos a Morena y se encuentran alicaídos al interior de ese instituto político, por más ánimo que se den. Por eso, allá arriba están apurados en aprobar leyes en esta legislatura federal, toda del presidente, porque la próxima ya no será igual.
Desde luego, tienen encuestas favorables, números optimistas, pero esas empresas por lo general siempre les dan buenas noticias a sus clientes, a quienes pagan, sin embargo a ras de suelo hay otra percepción y, para nada son halagadores los comentarios para el partido en el poder.
Y es que cuando se está en el ejercicio del gobierno, se pierde el piso, se distancian de la realidad los gobernantes. No pueden ver ni escuchar lo que el ciudadano común recoge en las calles, y, por ello se confían.
Baste recordar este caso de la vida real: En vísperas de los comicios de 2012, en el gobierno del priísta Andrés Granier tenían también sus encuestas y éstas colocaban al PRI en las nubes. Sin embargo, Roberto Madrazo tenía otros datos. Ante ello le preguntó a Granier: “cómo piensas ganar”. La respuesta fue contundente: con mi popularidad.
El resultado todo el mundo lo sabe pues ganó el candidato del PRD, Arturo Núñez Jiménez, para desgracia de Tabasco, dándose por fin la alternancia en este rincón del país.
Así, entre los anuncios con tintes electorales, anote usted en ese renglón el “histórico” acuerdo con la CFE sobre las tarifas eléctricas. Además, la semana pasada el mandatario estatal Adán Augusto avisó de un anunció para este lunes.
Nada nuevo, repitió que seguimos en semáforo epidemiológico naranja, y, ahora anunció otro para el viernes, luego, claro, vendrán las informaciones sobre los distribuidores viales, sobre el malecón, y así.
De anuncios está lleno la dichosa 4T, pero los mexicanos lo que quisieran saber es ¿cuándo llegarán las vacunas?, ¿cuál de todas se aplicará realmente al pueblo de México?, ¿si hay o no las hay, y si el gobierno tiene el dinero para comprarla?
¿Con qué partida gubernamental cubrirán esos gastos millonarios?, ¿si realmente son efectivas las dosis o no?, ¿si las vacunas serán aplicadas por personas capacitadas o por los servidores de la nación?
Hay, pues, mucho vacío de información certera, mucha opacidad, y eso sí, mucha confusión.
A principios de enero el presidente López Obrador aseguró que para finales de marzo ya estarían vacunados todos los adultos mayores de México.
Según cifras oficiales, la meta a cubrir es más de 14 millones de adultos en el país. Como se aprecia a ojo de buen cubero, es imposible cumplir esa meta para el mes de marzo, pero se dijo con una ligereza espeluznante, cuando no siquiera hay precisión de que se consigan las vacunas que se requieren.
“El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó hoy que se mantiene el compromiso de tener vacunados contra el Covid-19 a todos los adultos mayores a fines de marzo, a pesar de que cambiaron los plazos de entrega de la farmacéutica Pfizer.”. Así, publicaron los diarios nacionales el 19 de enero pasado.
Y se agregaba en la nota: “La vacunación de ese sector de la población ocurrirá después de que se haya inmunizado al personal médico que labora en hospitales de atención al Covid”, señaló el mandatario en la conferencia diaria.
Así fue. Pero resulta que al personal del sector salud, al menos en Tabasco, le aplicaron la primera dosis, y que en 20 días sería la otra. Ya pasaron esos 20 días, pero la segunda dosis nunca llegó, cuando se trata del personal médico, a los que deben cuidar con mayor ahínco e interés por ser los salvadores de vida. Pero no ha sido así.
El caso es que al pueblo de México lo traen como si estuviesen viendo un partido de voleibol, mueven las vista de un lado a otro, pues la pelota la mandan de aquí para allá y, nada en concreto.
Ojalá y ahora que se recuperó el presidente López Obrador, sean más serios con sus anuncios y ofrezcan información apegada a la realidad. Mucho se les agradecería.
Ahí se las dejo…