CARTA ABIERTA

La pregunta que flota en el aire es: ¿en realidad los gobernadores le harán caso al presidente Obrador luego del exhorto de no intervenir en las elecciones? En realidad es algo que está por verse porque casi todos los mandatarios se conducen como auténticos señores feudales, donde su voluntad es lo único imperante. 

En una de sus ‘mañaneras’ de esta semana, López Obrador pidió a los mandatarios de las 32 entidades federativas no intervenir en las elecciones del próximo 6 de junio, y a establecer un acuerdo nacional por la democracia. El jefe del Ejecutivo federal leyó la carta que hizo llegar a los 31 gobernadores y a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Scheimbaum. 

El paisano les pidió establecer un acuerdo nacional en favor de la democracia, al tiempo que él se comprometió a actuar con absoluta rectitud y en defensa de la soberanía popular. 

Los exhortó a no intervenir para apoyar a ningún candidato de ningún partido, a no permitir que se utilice el presupuesto público con fines electorales, a denunciar la entrega de dinero del crimen organizado, o de la delincuencia de cuello blanco para financiar campañas, a impedir la compra de lealtades y conciencias, a no traficar con las necesidades de la gente, a no solapar a tramposos o mapaches, a evitar el acarreo y el relleno de urnas, la falsificación de actas.

El presidente les garantizó las condiciones e instituciones para desechar, dijo, todas las abominables prácticas ilegales y antidemocráticas que deben quedar en el pasado de manera definitiva. Manifestó que atrás deben quedar los malos recuerdos de siglos de imposiciones y fraudes electorales. 

Todo esto les dijo el mandatario. 

Y bien, hasta ahora los gobernadores priistas de Tlaxcala, Marco Mena Rodríguez, y el del Estado de México, Alfredo del Mazo, así como el de Morena en Tabasco, Adán Augusto, han sido los primeros en aceptar el acuerdo nacional convocado por el presidente. Falta saber que harán al respecto los 29 mandatarios restantes.

El exhorto de Obrador es congruente con su formación democrática de varias décadas, algo que muchos gobernadores se resisten a entender. Aunque duela, hay que decir que la mayoría de los mandatarios siguen actuando como reyezuelos, decidiendo lo que pasa y lo que no pasa en sus partidos, metiendo mano en la elección de los candidatos y, por supuesto, en la vida política de sus estados. Y no es que un mandatario no pueda tener voz y voto en su partido, el detalles es que lo hacen ignorando olímpicamente la opinión, el sentir de los ciudadanos. 

Al estilo del viejo PRI, ellos pretenden decidir, cual voluntad divina, quién aparece y quién no en las boletas electorales y, desde luego, se alistan a usar cualquier maniobra ilegal para ganar las votaciones. Al mismo tiempo, sus voceros condenan y estigmatizan a los adversarios internos y externos situándolos, no pocas veces, casi como criminales. 

Este aldeanismo político es el que Obrador ha condenado con su exhorto. Porque no hay que olvidar que en pleno siglo XXI la cultura de los cacicazgos en los estados sigue vigente. 

Por último, algo importante: si bien todos los mandatarios están obligados respetar la democracia en el proceso electoral, los gobernadores de Morena aparecen en la primera fila de los reflectores.

Por razones obvias, Morena está doblemente obligado a poner el ejemplo, atendiendo sin demoras el trascendente exhorto del presidente. ¿Lo harán? 

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63