CARTA ABIERTA
Parece que al dirigente de Morena en Tabasco se le ha acabado la paciencia en el continuo llamado al diálogo a doña Jesusita López. Para el alivio de los militantes, ha decidido actuar con la ley en la mano y ha puesto una denuncia contra los autores de los actos vandálicos registrados a las afueras de la sede estatal.
En el más profundo sentido político, es un golpe de timón de Pedro Hernández en busca de cortar los tentáculos que tanto Chelalo Beltrán, Jesusita López y Ena Bolio tienen en el partido. Y no es que busque iniciar una ‘cacería de brujas’ o algo que se le parezca; en realidad trata de poner en su lugar a quienes desde hace tiempo han buscado la división del partido y el enfrentamiento de los militantes.
El caso es que la dirigencia morenista presentó una denuncia penal contra Jesusita López Garcés, tres personas más y “quienes resulten responsables” por los hechos donde un miembro del partido fue agredido y donde se destruyeron los cristales de la puerta de entrada de la sede estatal.
La querella se presentó el 19 de marzo ante la Fiscalía General del Estado con el expediente DGDC-29/2021. El partido los acusa de “presuntos delitos de daños, lesiones, amenazas y los que resulten”. El dirigente de Morena señala que la señora López Garcés, Marvin Trinidad López, Antonio Márquez Muñoz, Febronio May, y otros más, causaron “daños en pandilla en agravio del partido”.
No es todo: igual se les acusa de lesiones y amenazas contra Pascual Pérez Rivera, encargado de la seguridad del inmueble de la calle Rafael Martínez de Escobar. Como se sabe, los hechos ocurrieron el 17 de marzo, cuando algunos simpatizantes de Jesusita López buscaron apoderarse de las instalaciones del partido.
Si todo marcha de acuerdo a lo estipulado por la ley, los acusados tendrían que ser sancionados con penas que hasta podrían ameritar su encarcelamiento. Quién sabe si se llegue a esas latitudes, pero la posibilidad está presente. Por otro lado, Pedro Hernández ha presentado también la querella ante la Comisión de Honor y Justicia del CEN, lo que podría derivar en la expulsión de los señalados.
Este es el lío en el que se ha metido doña Jesusita López, quien se autoproclama dirigente de Morena. Por lo que se ve, en el episodio del 17 de marzo demostró no estar a la altura de un movimiento viciado de origen y que involucra a gente proclive a la violencia.
Este hecho le ha pegado de frente a Chelalo Beltrán y a la diputada Ena Bolio. Todos en Morena saben que ambos han apadrinado las protestas de la señora López, contando con la venia de la presidenta del Consejo Político Nacional, Bertha Luján. En una de esas escaramuzas, registradas en el último trimestre de 2020, lograron que el entonces presidente del partido, César Burelo, renunciara de forma voluntaria para evitar ser un factor de división interna.
Por lo demás, se sabe que el CEN, el INE y el IEPCT han reconocido siempre la validez de la dirigencia de Pedro Hernández. Por esto es que no se entienden las protestas de doña Jesusita en ese sentido. Y bien, lo que no pudieron hacer el razonamiento y el buen juicio de la presidencia estatal lo lograron los actos violentos a las afueras del partido: poner a la autoproclamada dirigente y sus seguidores en el banquillo de los acusados y bajo la mirada de la justicia.
Si bien Chelalo y Ena Bolio no están en el expediente de la denuncia, sí aparecen como damnificados políticos tras ese bochornoso incidente que dio la vuelta al país por ser la tierra del presidente Obrador.
Ya veremos si Pedro Hernández tiene éxito en su propósito de pacificar a un partido que necesita volver al cauce de la unidad interna; claro, si es que quiere volver a ganar las elecciones en Tabasco. Por lo pronto, con la denuncia ante la Fiscalía y ante el CEN, demuestra saber tomar decisiones difíciles en los momentos más críticos para el partido.
: VIEJO FORMULARIO
“Ya chole”, dicen quienes saben de política al momento de escuchar los mismos argumentos que pretenden ayudar al gobernador y a la posible candidata de Morena a la alcaldía de Centro.
En el caso de Adán Augusto, se inventan embestidas y en el caso de Yolanda Osuna se fabrican frentes opositores. Ni lo uno ni lo otro.
En todo caso se trata de viejos formularios que funcionaron en las épocas del viejo PRI y que ahora pretenden reeditarse con Morena.
Esto refleja no sólo una irrealidad, sino un ejemplo de haberse quedado con las antiguas estrategias del expartidazo que ahora se reciclan. Lamentable esa falta de ideas para situarse en los tiempos de la nueva izquierda en Tabasco.