CARTA ABIERTA
Por mucho que el PRI se empeñe en hacerle homenajes anuales, por más que su nombre sirva para bautizar fundaciones, escuelas, avenidas, bibliotecas o conjuntos habitacionales, el estigma del asesinato de Luis Donaldo Colosio seguirá al tricolor por toda la eternidad.
A 27 años de su muerte, el recuerdo y los ideales del candidato presidencial se va desvaneciendo en el olvido, como en el olvido colectivo han quedado los asesinatos de otros ilustres personajes de la historia mundial, entre ellos, por supuesto, el de John F. Kennedy.
El cuento de que Mario Aburto es el asesino solitario es algo que no se traga ni el más ingenuo entre los ingenuos. La duda colectiva sigue atormentando a un partido señalado por haber matado a mansalva a uno de sus hijos, a quien estaba destinado a ser presidente de la república.
¿Quién asesinó al sonorense y por qué lo hizo? Es algo que quizá no se sepa nunca, si bien hay una muy pequeña esperanza en los expedientes del caso reabiertos en 2018 por el Consejo de la Judicatura Federal. Este Consejo ordenó revocar la reserva que se mantuvo durante 25 años y ordenó hacerlo público por completo.
La opinión pública ha señalado a Carlos Salinas y a su hermano Raúl como los principales sospechosos de haber planeado el crimen. Una de las razones habría sido aquel famoso discurso pronunciado por Luis Donaldo el 6 de marzo de 1994, durante el acto conmemorativo del 65 Aniversario del PRI en el Monumento a la Revolución. Fue cuando dijo esa famosa frase de: “Veo a un México con sed de justicia”.
Sin embargo, estudiosos del caso no creen que este discurso, que planteaba un rompimiento con Carlos Salinas, haya llevado al entonces presidente a ordenar quitarle la vida. Sobre todo cuando en las reglas no escritas el PRI se aceptaba que hubiera una especie de divorcio sexenal entre el presidente y el candidato en turno.
Otra hipótesis, publicada en su momento por diferentes medios, señala que el crimen organizado habría sido el responsable luego de que el candidato presidencial se negara a hacer un pacto de no agresión. Sin embargo, en esta línea de investigación también aparecen Raúl Salinas y el exsuperasesor presidencial, José Córdoba Montoya, ese personaje gris y misterioso que tanto poder tuvo en el sexenio salinista.
Lo cierto es que el crimen de Colosio hizo tanto daño al PRI que seis años después llevó a que el PAN le quitara la presidencia del país por dos sexenios consecutivos. Fueron, por cierto, doce largos años en los que ni Vicente Fox ni Felipe Calderón hicieron el mayor esfuerzo por esclarecer el caso.
A 27 años de distancia, los priistas rechazan ser los culpables del asesinato de Colosio y en todo caso señalan a la vieja camarilla tecnocrática, encabezada por Carlos Salinas, como la responsable de apoderarse del partido y haber planeado ese magnicidio que cambió la historia del país.
Lo cierto es que el PRI tiene una deuda histórica con los mexicanos y esta consiste en revelar quiénes estuvieron detrás del crimen del sonorense. Los años pasan y el recuerdo y los ideales del sonorense cada vez más quedan más en el olvido.
De nada sirven las ofrendas florales y los discursos que se dan cada 23 de marzo en todo el país, cuando los autores intelectuales se han salido con la suya. Mientras tanto, Mario Aburto aguarda el día de su liberación para seguir con su voto de silencio, un silencio que insulta la dignidad de todo un país.
: MORENA SE OPUSO
Antes de ser candidato al Gobierno de Tabasco, Adán Augusto señaló que Morena fue el único partido que se opuso a la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto y luego también votó en contra del paquete económico en el que se aprobó la Ley de Ingresos de 2018.
El entonces senador acusó al PRI, PAN y PRD de haber votado ambas iniciativas del presidente, una de las cuales contempló el alza al precio de la gasolina. Lo dijo así:
“Entre los diputados tabasqueños que votaron a favor de la Reforma Energética estuvieron Antonio Sansores Sastré, Tomás Brito Lara, Gerardo Gaudiano, Juan Manuel Fócil y Juan Cáceres. Y entre los que votaron a favor de la Ley de Ingresos, del paquete económico fiscal en 2017, estuvieron los diputados federales Araceli Madrigal, Héctor Peralta Grappin, Óscar Ferrer Ábalos, Liliana Madrigal y José Pilar Córdova».
Esto lo digo, puntualizó Adán, para que los tabasqueños sepan que en este asunto hay toda una trama de complicidades entre las dirigencias y los legisladores.
Hoy, estas palabras resuenan allá por Huimanguillo, donde Óscar Ferrer Ávalos insiste en autoproclamarse candidato de línea de Morena a la alcaldía. Si Morena no rectifica, los opositores les van a sacar estos trapitos al sol. Incongruencia y oportunismo, serían algunas de las palabras adecuadas para el caso.