CARTA ABIERTA
La lista oficial de los candidatos de Morena a las alcaldías y diputaciones ha confirmado el poder político que el gobernador mantiene dentro del partido y, desde luego, dentro de su gobierno.
Con la única excepción de Comalcalco, donde se respetó la cuota de poder de Javier May al designar a Gregorio Espadas Méndez para la alcaldía y a Marlene Martínez Ruiz para la diputación, el resto de los dieciséis municipios y distritos tienen el sello de Adán Augusto López.
Ahí están, por ejemplo, los casos de los y las candidatas a las alcaldías: Yolanda Osuna en Centro, Beatriz Milland Pérez en Paraíso, María Esther Zapata en Cárdenas, Erick Garrido en Jonuta, Alma Rosa Espadas en Teapa y Óscar Enrique Ramos en Cunduacán. Y para las diputaciones destacan Emilio Contreras Martínez de Escobar, Jaime Lastra Bastar, Luís Salinas Falcón y Jesús Selván García.
La tarea no fue fácil ya que hubo protestas; como la de Marisela Gordillo, aspirante a la alcaldía de Centla, y la de Jesusita López. En ambos casos denunciaron imposiciones por parte de la dirigencia nacional de Mario Delgado.
Si la sangre no llegó al río se debió en buena parte al desempeño conjunto del delegado nacional, Antonio Alejo, y del dirigente estatal, Pedro Hernández Jiménez. Si bien la mayor parte de la responsabilidad de la designación de las candidaturas recayó en Alejo, como interlocutor de Mario Delgado en Tabasco, Pedro Hernández contribuyó en mucho a evitar una fractura mayor.
Pero también hubo casos donde los aspirantes demostraron cordura, evitando contribuir a calentar más los ánimos por medio de enfrentar a la dirigencia estatal o al gobernador. Entre estos ejemplos de buen juicio destacan Jesús Alí, aspirante a la alcaldía de Centro, y Agustín Pérez Meunier en Huimanguillo. Ambos han acatado la decisión del partido y con ello han enviado una señal de civilidad que ha sido registrada en la Quinta Grijalva.
Los candidatos a alcaldes y diputados tienen una identificación directa con el mandatario estatal. Ello revela que Mario Delgado dejó que Adán Augusto tomara las decisiones que mejor convienen al partido.
Lo que a primera vista podría parecer una intromisión del mandatario en los asuntos de Morena, no lo es. En la política real, no en la de los discursos o en la de los medios de comunicación, el gobernador en turno tiene voz en la designación de los candidatos. Así lo ha sido siempre y así lo seguirá siendo. La razón es que la política a ras de suelo obliga a que el mandatario tenga los hilos políticos en su partido y en el escenario político local.
Ahora bien, es un error pensar que todo en Morena es ahora perfume y rosas. Hay muchos inconformes con la designación de los candidatos y si en la dirigencia priva la inteligencia y el oficio político, en los siguientes días tendrá que darse paso a una ‘operación cicatriz’.
Esta sanación de heridas no debe subestimarse si es que quiere obtenerse un resultado electoral favorable. Menospreciar las voces discordantes sería pecar de soberbia en un partido que presume de escuchar a los de abajo. Hay mucha gente valiosa que ha quedado fuera de las boletas electorales. En la medida que se les sume desaparecerá el peligro de un revés, porque el voto amigo en contra es un riesgo latente.
En espera de que se inicie una ‘operación cicatriz’, queda claro que el gobernador ha refrendado su poder político, si bien la prueba de fuego, la de a deveras, será este 6 de junio. De acuerdo al resultado se sabrá si se tomó la mejor decisión con los candidatos o si, por el contrario, se cometieron errores fatales que pasarán una factura muy cara a la #4T en Tabasco.