EL TÍO VIVO


La actual ha sido en muchos aspectos una campaña electoral, digamos, atípica. Es de las muchas que nos ha tocado cubrir informativamente a lo largo de más de 35 años, la primera en la que vemos muy poca interacción de los partidos y sus candidatos con los medios de comunicación.
 
Los estrategas de las campañas han pensado que la cobertura en las “benditas redes”, quizá son suficientes para llegar a un electorado cada día más escéptico de los candidatos y de sus promesas y han dejado en segundo plano el acercamiento con los profesionales del periodismo.
 
La acción podría entenderse de quienes participan en la contienda con la bandera del partido oficial, porque ha sido una constante de las administraciones emanadas de esa corriente política, abrir una brecha entre ellos y los medios e incluso, como se hace a diario desde el púlpito presidencial, señalarlos como enemigos del proyecto que representan y que ellos autonombran como “el movimiento”.
 
Es entendible que no les guste la crítica, pero nadie desde la trinchera informativa ha iniciado, por decisión propia, un enfrentamiento con el estado, nada más por que sí. Inmersos en esa dinámica, los candidatos de Morena andan solos, huyéndole a los medios y tal vez (es una posibilidad) construyendo el discurso de la inequidad para cuestionar algún resultado adverso.
 
Enfrente, la falta de experiencia y de recursos, ha provocado también una especie de vacío en la comunicación, ya que se optó por improvisar operadores (con sus honrosas excepciones, claro) que no han aprendido a emitir a tiempo un boletín, generar un producto audiovisual oportuno y no entienden que hoy en día, los medios saben perfectamente que la equidad y el equilibrio, son parte fundamental en el perfeccionamiento de la democracia.
 
Los medios de comunicación impresos, digitales y audiovisuales, no compiten. Los medios profesionales y responsables, tienen una función específica en los procesos electorales y a eso se circunscriben. Sin embargo, como ya en este espacio se ha sentenciado, que para gobernar es indispensable comunicar, debería entenderse que ello debe ser primordial para competir y ganar.
 
Si siendo candidatos andan sobrados, imagínense como estarían en caso de llegar a ganar…
 
Antes de bajarnos del caballito…
 
Imposible separa lo político del percance de la línea 12 del metro de la CDMX. Los responsables de la construcción, mantenimiento y operación de este sistema de trasporte son actores políticos del círculo cercano al poder central y con aspiraciones al 2024. En caso de que no se actúe, se daría un claro mensaje de que hay prioridades por encima de la legalidad, la honestidad y la moral…