CARTA ABIERTA
Hasta ahora, en términos generales, las campañas electorales en Tabasco se han mantenido en los términos de un manual viejo y agotado, donde no aparece algo novedoso, llamativo, que haya sacudido al electorado. Es decir, los cerebros ‘creativos’ brillan por su ausencia.
La mayoría de los candidatos han manejado los discursos ya conocidos de cada campaña. Los compromisos están a la orden del día, prometiendo esas ‘perlas de la virgen’ que nunca aterrizarán en acciones concretas de Gobierno.
Gran parte de la culpa recae en los ‘expertos’ y asesores que rodean a los abanderados. Faltos de una actualización profesional, estancados en la política provinciana, han sido incapaces de crear un solo suceso que haya salido de lo acartonado. Y no se trata de salir de un ataúd, de dar un brinco de gimnasta o de prometer la actuación del grupo Metallica, lo que ya ha sucedido en otras partes del país. En Tabasco se necesita aportar algo diferente a los ciudadanos, algo que genere argumentos de discusión y análisis en los medios tradicionales y en las redes sociales.
Lo que se ha visto, con mucha pena ajena, es la intención de algunos ‘genios’ por ensuciar las campañas. De manera burda y hasta ridícula, han falseado documentos con supuestos gabinetes en las futuras alcaldías, con las supuestas amenazas de investigar a los actuales presidentes municipales o criticando videos donde los abanderados cumplen con las medidas sanitarias impuestas por la pandemia.
Estos montajes han caído por sí mismos en el olvido porque son los mismos que se hacían en las épocas del viejo PRI, es decir hace al menos treinta años. El ciudadano común no se ha tragado estos cuentos porque no es tonto. De inmediato ha entendido su falsedad y falta de originalidad, tanto que ninguno de estos jueguitos ha llegado como denuncia ante el Instituto Electoral.
Hay, pues, un fracaso evidente de los llamados ‘cuartos de guerra’. Estos asesores de poca monta no sólo hacen quedar en evidencia a sus ‘clientes’, sino que estas ‘ideas geniales’ pueden restarles votos el día de la elección.
Salvo lo escrito por los analistas y lo publicado por los medios tradicionales y las redes, las campañas no han ‘pegado’ como se esperaba. El ciudadano de a pie está más preocupado por salir de la crisis económica generada por la pandemia, más ocupado en impedir que su negocio quiebre o en llevar el sustento diario a su familia.
A tres semanas de la elección del 6 de junio, el reto de los candidatos de todas las fuerzas políticas es salir de ese estancamiento para marcar una diferencia respecto a sus competidores. Hará falta mucha inteligencia para convencer a un electorado que, de forma mayoritaria, luce ajeno a las campañas.
Una forma de incentivar el voto e impedir que el abstencionismo sea el triunfador es promover los debates electorales. Hasta ahora, la presidenta del Instituto Electoral, Maday Merino Damián, sigue cruzada de brazos ante su responsabilidad de organizar una confrontación de ideas entre los candidatos.
Aunque se entiende lo poco factible de tener debates en cada uno de los municipios, bien haría en comenzarse por el municipio de Centro, el más poblado de Tabasco y con poco más del 60 por ciento del número de votantes. Un debate ayudaría mucho en sacudir al ciudadano de su marasmo e indiferencia. Por una extraña razón, parece que el Instituto Electoral está interesado en que este 6 de junio haya una raquítica participación de votantes. Sí, por inaudito que parezca.