CARTA ABIERTA
Los elogios a Obrador y las críticas a Morena por parte del dirigente nacional de Redes Sociales Progresistas, Fernando González, no son casuales. Podrían ser parte de la idea de preparar el terreno para la posible salida del tabasqueño del partido fundado por él mismo hace siete años.
Así, crece la tesis de que al presidente se le ha colmado la paciencia por los desvíos ideológicos y políticos que muchos miembros de Morena han tenido a lo largo y ancho del país.
La hipotética dimisión de Obrador a Morena no debería sorprender, pues antes procedió de la misma manera en el PRI y luego en el PRD. En ambos casos, el paisano pensó que el partido en cuestión era un lastre para su proyecto ideológico-político de largo alcance, lo que ahora se conoce como la 4T.
Obrador estaría sopesando proseguir su lucha política en otro partido. Ahora mismo hay tres opciones en ese propósito: Encuentro Solidario, Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas. Como se sabe, los registros de estos dos últimos fueron autorizados por el INE a finales del año pasado, dejando en el camino al de Felipe Calderón y Margarita Zavala: México Libre.
¿Qué tan factible es que Obrador dé ese paso una vez terminado su sexenio? Hay mucha oportunidad, más si se entiende lo que ha estado pasando en los últimos meses sin que casi nadie se haya percatado de ello en Tabasco.
Desde principios de año, algunos encuestadores han visitado domicilios de las rancherías y poblados para hacerles varias preguntas, entre ellas: “¿A qué partido le gustaría que se fuera Andrés Manuel López Obrador en caso de renunciar a Morena? Entre las opciones están, precisamente, Fuerza por México, Encuentro Solidario y Redes Sociales Progresistas.
No se sabe con certeza, pero es posible que este ejercicio se haya repetido en otros estados del país. ¿Por qué hacen estas preguntas y cómo se llama la empresa encuestadora? Nadie se sabe bien a bien. Lo que sí se sabe es que estas actividades han venido realizándose de una forma muy discreta, sin atraer la atención de las principales figuras políticas locales, y mucho menos de los medios de comunicación.
La idea de Obrador sería relanzar su proyecto político con las gentes más afines. Casi todos los morenistas querrán seguirlo a su nuevo partido, pero a muchos se les cerrarán las puertas. ¿Qué diferencia tendría ese partido respecto a Morena?: con seguridad habría un control más riguroso, empezando por estar limpios de corrupción.
Los personajes más leales a Obrador están convencidos de que una gran cantidad de militantes morenistas no están a la altura de las exigencias de honestidad y transparencia exigidas por AMLO.
Un ejemplo de ello se ha vivido en Tabasco con los malos resultados entregados por varias de las quince alcaldías ganadas en 2018. Por eso, dos alcaldes morenistas fueron removidos por anomalías en sus gestiones. Y esto mismo pasa en los estados donde Morena es gobierno estatal o municipal.
Las criticas a Morena y la férrea defensa a Obrador por parte del dirigente nacional de Redes Sociales Progresistas, Fernando González, llevan un propósito. Y como en política no hay casualidades podría pensarse que ese objetivo es ir midiendo el terreno a fin de que el tabasqueño tenga un nuevo horizonte de lucha.
Que nadie se escandalice. Obrador ha dado estos mismos pasos en el pasado, cuando nadie lo imaginaba. Lo hizo con el PRI y luego con el PRD. En ambas ocasiones se dijo que era una locura, que fracasaría, que se quedaría solo. Ni lo uno ni lo otro. Demostró que su arraigo político en el ánimo del colectivo va más allá de un partido; que su convocatoria está basada en su fortaleza personal y política. Es decir, está convencido de que aún tiene mucho que dar. Ya se verá si acierta de nuevo.