FRANJA SUR
Cuando los gobiernos son ineficaces a los ojos de la población, más temprano que tarde los ciudadanos le muestran su repudio en las urnas, que es la forma más eficaz de castigar a las administraciones que le fallaron al pueblo.
El domingo 6 de junio corroboraremos esto en todo su esplendor al momento que se den a conocer los resultados. En Tabasco veremos caer plazas que los actuales partidos políticos traen como segura en su agenda, esto es, que las conservarían.
Uno de ellos será el municipio de Jonuta que, de acuerdo con los números de las preferencias, se perfile para dejar de ser amarillo y pintarse de color vinotinto.
Ello no es obra de la casualidad, obedece, claro, a un fenómeno, se puede decir, normal. Lo que sucede es que Tito Filigrana, el actual alcalde del PRD, no supo retirarse a tiempo, una virtud que no se le da a cualquier semejante.
Toda proporción guardada, lo mismo le ocurrió a don Porfirio Díaz que se ancló en el poder durante más de 30 años. Los historiadores pueden explicarlo de mejor manera, pero hasta donde se sabe, Díaz ciertamente fue un dictador y se mantuvo en el cargo basado en la brutal represión, pero también tuvo sus luces, pues en aquellos tiempos modernizó a México.
Pero ambicioso de poder al extremo, no se retiró en el momento precisó y, debido a ello, la historia lo condenó.
En Jonuta, que una familia encabezada por Tito Filigrana, pretenda anclarse en la presidencia municipal, luego de seis años sucesivos, y de haber estado en la presidencia más de 9 años, es una ofensa al pueblo y una burla a la inteligencia.
Por eso es que, de manera natural, los números hoy son favorables para los candidatos de oposición, concretamente para el aspirante de Morena, Eric Garrido, quien es el real competidor del alcalde- candidato del PRD.
Todavía podría salir airoso Filigrana de ese cacicazgo atroz: primero, “jugando limpio” lo que resta de la campaña política. Segundo: si es derrotado, como apuntan las encuestas, reconocer su derrota sin aspaviento. De este modo, evitaría salir por la puerta de atrás.
Lo narrado, es una pequeña radiografía del momento electoral de Jonuta, la capital de los ríos. Pero en lo que toca a la región de la sierra, se darán otros dos ejemplos que ilustrarán el castigo del pueblo a los malos gobiernos.
Algo deben haber hecho mal las alcaldesa de Teapa y Tacotalpa, esos dos lugares gobernados por Morena, para que hoy esas plazas estén tambaleando y van rumbo a pintarse de tricolor, una, y de naranja, la otra.
En Tacotalpa es asombroso ver a la gente como recibe con singular afecto a Ricky Arcos, candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía. Al mismo tiempo recoge quejas y reclamos en contra de la actual presidenta municipal Tomiris Domínguez Pérez, de quien dicen no gobierna ella sino un pariente suyo.
La situación no es diferente en Teapa, localidad en la que está más que claro, va en caballo de hacienda Raúl Cabrera Pascacio, abanderando al PRI.
Como se sabe, el candidato priísta ya fue edil de ese municipio, pero lejos de perjudicarle su pasado, lo está ayudando en demasía, pues según los lugareños “hizo un buen gobierno”.
La “popularidad” de la alcaldesa Tey Mollinedo Cano es la “principal aliada” de Raúl Cabrera, pues su trabajo al frente del ayuntamiento ha sido gris y la gente lo dice en voz alta: “le falló a los teapanecos”.
Ahí se las dejo.