CARTA ABIERTA

Los  ciudadanos se preguntan cuál es la diferencia que habrá entre el triunfo de Andrés Granier o el de Yolanda Osuna. La duda es importante porque el habitante de a pie busca mejorar su bienestar, es decir vivir en mejores condiciones. Por lo tanto busca un alcalde que garantice estas condiciones para él y su familia.

Si la noche del 6 de junio se declara la victoria de Osuna estaremos ante la continuidad de Morena en el poder municipal. Esto será últil en varios sentidos, entre ellos la identificación ideológica y partidista con el alcalde Evaristo Hernández y con el gobernador Adán Augusto, ambos del partido vino tinto.

El triunfo de Osuna demostrará que los barones del morenismo tomaron la mejor decisión al elegirla como candidata, confiados en que la imagen del presidente Obrador y del partido mismo bastaron para lograr el propósito.

De esta forma se demostrará que no siempre es necesario ser un consumado político para ganar una elección en Centro, sobre todo si se tiene al partido gobernante de su lado y una intachable trayectoria profesional, exenta de cualquier escándalo de corrupción o de otra índole.

La victoria de Osuna traerá mucha tranquilidad en el círculo más cercano de AMLO, sabiendo que el presidente pudo retener la capital de su estado y que, finalmente, sigue siendo profeta en su tierra. Porque aunque no haya aparecido en las boletas se confirmará que su presencia sigue teniendo mucho peso en el ánimo del electorado.

Con Osuna como triunfadora en las elecciones habrá continuidad, no continuismo, en los programas puestos en marcha por el gobierno de Evaristo. Aunque muchos supongan lo contrario, llegará sin ataduras ni compromisos con algún grupo político en particular, salvo los intereses generales que para todos los tabasqueños representa el gobernador.

En caso de que Andrés Granier dé la gran campanada se estará observando uno de los triunfos más sonados en la historia política del estado. Por vez primera en Tabasco, el gobernador y el alcalde pertenecerán a distintos colores partidistas. Ello significará un continuo esfuerzo de negociación y diálogo para sacar adelante una agenda común en beneficio del municipio y del estado en general.

La victoria del abanderado de la alianza PRI-PAN demostrará que Tabasco vive una plena normalidad democrática, donde el gobernador es respetuoso de la voluntad de los ciudadanos y que su manejo de la agenda estatal va más allá de las siglas partidistas. Contra lo que podría pensarse, Andrés Manuel demostrará también que es un democráta en su propia tierra, un convencido de que distintas ideologías pueden convivir aun en su terruño. El presidente quedaría bien ante los ojos de todos los mexicanos y de la comunidad internacional.

Granier habrá logrado su reivindicación ante la opinión publica, demostrando que jamás perdió el apoyo de los tabasqueños a pesar de la persecución política que le organizaron Arturo Núñez y Enrique Peña Nieto. No sólo habrá saldado este pendiente sino que confirmará que aun sin estar en el gobierno, sin dinero y aun contra la guerra sucia que algunos le organizaron, es posible ganarle al partido en el poder.

El Químico se alzaría con un triunfo logrado con ‘sangre, sudor y lágrimas’, sacado sobre la base de una campaña alejada de ataques contra sus adversarios y cercana a los votantes. Confirmará que no haberse metido en pleitos con Obrador y con Adán Augusto fue un buen plan. También se sabrá que aunque perdona y no olvida, en su inetrior no hay afán de revanchismo contra nadie. “Que la historia los juzque”, ha repetido.

Ahora tendría tres años para construir, en colaboración con el gobernador, una administración alejada de cualquier afán de futurismo político, sin la expectativa de postularse por otro cargo de elección. Ya lo ha dicho: una vez terminada su gestión en la alcaldía se retirará a pasar sus últimos años con su familia, una familia que siempre le ha apoyado.

Estos son los dos escenarios que se presentan para los habitantes de la capital en caso de que Osuna o Granier ganen. Teniendo en cuenta la fortaleza política del gobernador, Villahermosa no se acabará el 6 de junio. Hay cosas muy positivas que sacar de ambos candidatos y es el votante quien tiene la última palabra.

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63