Carta Abierta
El cronómetro de Morena para las próximas elecciones por la gubernatura comenzó a correr desde el 7 de junio, a partir de conocerse los resultados de los recientes comicios. Si bien la batalla ha quedado abierta, es imposible olvidar el peso definitivo que, en última instancia, tendrá el presidente Obrador.
Hay que ser muy tonto para no entender que el huésped de Palacio Nacional querrá ganar el Gobierno de Tabasco para cosolidar la Cuarta Transformación en su terruño. La buena noticia es que tiene mucha tela de donde cortar para repetir los triunfos de 2018, y los más recientes del 6 de junio.
Y precisamente, uno de los que cumplió con creces fue el diputado federal electo por el Distrito Electoral federal 04, Manuel Rodríguez González, presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados.
González ha logrado ganarse una sólida reputación en las grandes ligas de la política nacional. Si por merecimientos fuera, Obrador no tendría la menor duda en decantarse por su candidatura al Gobierno de Tabasco. Se ha convertido en uno de los aliados más importantes del presidente en temas tan prioritarios para la 4T como las reformas eléctricas y de hidrocarburos, si bien ahora están atoradas en la Suprema Corte de Justicia. A base de un notable desempeño y capacidad, ha logrado ganarse el respeto de sus pares en San Lázaro, tanto que podría ser el nuevo coordinador de la bancada, según ha trascendido en la prensa nacional.
El otro aspirante a la candidatura de gobierno es el director de Pemex, Octavio Romero Oropesa. El funcionario cuenta con la ventaja de ser la persona más cercana a Obrador entre quienes están en la carrera gubernamental. Romero caminó con AMLO desde los inicios de su carrera política y este le ha prodigado siempre una clara reciprocidad. En la administración obradorista en el Distrito Federal, Romero fue el oficial mayor a lo largo de los cinco años de gestión.
Otro en la lista es Javier May Rodríguez, el actual secretario federal de Bienestar. Habiendo llegado algunos años después que Octavio Romero al proyecto de Andrés Manuel, el antiguo mecánico eléctrico en Comalcalco se ha metido ya en la pelea por la grande. Acompañó al actual presidente en varios de los momentos más cruciales de su lucha política y ahora se ha convertido en titular de la dependencia clave del Gobierno federal en los programas sociales. Su nombramiento como funcionario federal sorprendió a muchos tabasqueños, pero hasta ahora se ha mantenido a flote, capoteando los señalamientos de usar los dineros públicos con fines político-electorales.
Luego de tres hombres en la lista vienen dos mujeres. Una de ellas es la senadora Mónica Fernández Balboa. Ha tenido una trayectoria política sin polémica y goza de una gran estima por parte del jefe del Ejecutivo Nacional. Nacida en Teapa en 1966, se recibió de arquitecta y también fue Flor de Tabasco en 1984. De 2006 a 2009 fue diputada federal. Como presidenta del Senado ha sabido estar a la altura de las circunstancias, salvo ese traspié surgido en las inundaciones de 2020, cuando se le criticó por estar más ocupada en comentar partidos de fútbol americano que en venir a Tabasco a estar cerca de los damnificados.
La otra carta de Morena en la lista de aspirantes es Yolanda Osuna Huerta. El solo hecho de estar allí es una ventaja porque todo alcalde de Centro se erige de inmediato en un candidato obligado a la grande. La ganadora de la elección del 6 de junio tiene la oportunidad de mostrar que su desempeño está a la altura de las expectativas, no sólo de los ciudadanos, que es lo más importante, sino de quienes impulsaron su candidatura desde el gobierno y el partido. Osuna irrumpió en los primeros planos políticos de Tabasco y no debería ser ya una sorpresa verla dar un paso más adelante en 2024.
Estos son, en términos generales, los prospectos más fuertes que Morena tiene para la candidatura de Gobierno en 2024. Dígase lo que se diga, se escriba lo que se escriba, no hay lugar para otro. Más, si se tiene en cuenta la importante opinión del hombre más poderoso de México.