CARTA ABIERTA
En términos fríos, se ve muy complicado, por no decir imposible, que la oposición tenga una oportunidad real de arrebatarle a Morena la gubernatura en los próximos comicios. Lejos de desincentivar, este escenario debe mover a los opositores a realizar una profunda tarea de diálogo que les lleve a presentar un candidato con la suficiente fuerza y carisma que pueda ganarle en Tabasco al partido vino tinto.
La tarea de los dirigentes estatales, y desde luego los nacionales, tendría que ir en el sentido de una gran alianza donde la prioridad sea elegir un candidato, o candidata común, que no necesariamente pertenezca a los partidos tradicionales.
Esto podría parecer una afrenta al PRI o al PRD ya que la historia ha demostrado la postulación de candidatos plenamente identificados con sus respectivos colores, si bien la excepción se dio el 6 de junio con la candidatura perredista del exgobernador Manuel Andrade a la alcaldía de Centro.
Con un PRI en picada, con un PRD en manos de un solo hombre, como es el caso de Juan Manuel Fócil, y con un PAN invisible, las miradas se dirigen a Movimiento Ciudadano, partido que ha venido creciendo exponencialmente en los últimos años y que ahora gobierna dos importantes estados: Nuevo León y Jalisco.
La tarea de construir una gran alianza opositora en Tabasco, en la que el abanderado no sea un militante del PRI o del PRD, se abre como una alternativa interesante. Lo primero que tendría que vencerse es la oposición interna que con seguridad habrá en estos partidos, pensando en que sería un ‘insulto’ dejarse guiar por un partido emergente como es Movimiento Ciudadano.
Sin embargo, los hechos hacen pensar con cierta lógica a juzgar por los éxitos electorales que MC ha obtenido en otros estados. Como se sabe, además de Nuevo León, el partido naranja estuvo a punto de llevarse Campeche, entidad que al final perdió cerradamente ante Morena.
La disposición a aceptar los nuevos tiempos electorales será importante para que los dirigentes locales se convenzan de lo erróneo que es continuar con la misma política de siempre. Innovar, ponerse dos pasos por delante, activar sacudidas internas es la única opción a la vista si es que buscan dar pelea a la maquinaria de Morena.
Lo preocupante para la oposición es que no parece caminarse en ese sentido. La mayoría de los dirigentes partidistas siguen ‘groguis’ luego del batacazo que Morena les propinó en las pasadas elecciones. Tambaleantes, esperan que a partir del próximo año la situación mejore, cuando en realidad deberían tomar la iniciativa desde ahora si es que esperan revertir el negro pronóstico que se les augura en 2024.
El PRD, PRI y PAN tendrían que pensarse dos veces la alternativa de sumar a Movimiento Ciudadano a su alianza. No se trata de un chiste: este partido emergente ganó una alcaldía, tiene una diputada plurinominal y al único diputado federal de la oposición, que es Gerardo Gaudiano.
Ha llegado, pues, el momento de reinventarse si es que los partidos tradicionales buscan seguir vivos. Y una alternativa sería permitir que MC ponga candidato al gobierno estatal. A muchos militantes no les gustará, pero es lo que hay.
Por lo pronto, hay que dar como un hecho consumado que el presidente Obrador empleará todo el poder para ganar de nuevo en su estado natal. El 6 de junio demostró no sólo que puede ganar sino arrollar. AMLO no va a soltar Tabasco porque, además, será su punto de fortaleza política cuando haya dejado la presidencia. Por eso es que la oportunidad de la oposición es muy débil para plantar cara, a menos que se ponga a trabajar desde ya en nuevos esquemas que le permitan explotar a su favor los desaciertos cometidos en el sexenio. A ver si lo entienden.