La Agenda en Red
Mucho se ha comentado desde que llegó a México el virus del Covid-19 a inicios del año pasado si el manejo de esta crisis sanitaria ha sido el correcto.
Hay opiniones de todo tipo, pero, sobre todo, aquellas que provienen por intereses políticos y económicos. Esto ha hecho que toda la información oficial se convierta confusa y las diversas opiniones contrarias al gobierno, provoquen una desinformación letal dirigida a una población en que gran parte de ella no tienen la educación adecuada para entenderla.
Todo esto ha generado un gran descontrol por las variables existentes en torno a esta gravísima situación sanitaria. El gobierno ha tratado e intentado de controlar esto, pero las críticas hacia el manejo de la pandemia son cada día mayores que termina arrollando todo lo que se ha intentado para disminuirla.
El problema es uno y muy simple. La famosa semaforización epidemiológica no ha servido porque los condicionantes de la autoridad, ha sido tibia y sin que se garantice un verdadero control para evitar la propagación del Covid-19. Todo ello ha generado que nuestro país, en estos momentos, ocupe el penoso y doloroso cuarto lugar a nivel mundial de muertes.
Esta opinión que hago nace al conocer el día de ayer las cifras de esta enfermedad en otro país, en otro continente, Australia. Un país que desde el origen de la pandemia actuó con rigidez total y el gobierno tomó el control de la situación total.
Aunque ese país es el sexto país más grande del mundo en extensión territorial, Australia tiene sólo 25 millones de habitantes que viven en las grandes ciudades del litoral australiano, y ayer, para sorpresa nuestra, registró su primer muerto por Covid-19 en ¡casi tres meses! Esto fue en el estado de Nueva Gales del Sur, donde se detectaron también, lea bien, 77 nuevos contagios, la cifra más elevada del país en un solo día desde el año 2021, esto pese al confinamiento en vigor desde el pasado 26 de junio. La víctima fue una mujer nonagenaria que falleció en un hospital de Sídney, la segunda ciudad más poblada del país, después de dar positivo por COVID-19 el día anterior.
La jefa de gobierno de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, afirmó a los medios que los contagios en Sídney y alrededores seguirán aumentando en los próximos días tras haberse superado el máximo en el estado durante dos días consecutivos por este brote, que supera ya el medio millar en total.
“Me sorprendería si son menos de 100 casos adicionales mañana a esta hora”, dijo la primera ministra, quien consideró “altamente improbable” que el confinamiento impuesto en Sídney y alrededores desde el 26 de junio se levante el próximo viernes, como estaba inicialmente previsto.
En lo más relevante de esta información viene de la declaración de la primera ministra Gladys Berejiklian al destacar el alto riesgo para trabajadores esenciales, como obreros o comerciantes que se mueven por distintos puntos de la ciudad y que propagan la enfermedad entre sus compañeros de trabajo y familiares.
Esta crisis que se vive en Sídney ha disparado los rumores sobre un posible cierre de la frontera con el estado de Victoria, donde se ubica Melbourne, primera ciudad del país, sobre todo después de que el jefe de gobierno del estado, Daniel Andrews, animara hoy a sus conciudadanos de vacaciones allí a que regresen a casa.
El brote de Sídney obligó al gobierno estatal a confinar el 26 de junio a los más de cinco millones de habitantes de la ciudad y las comunidades aledañas, más del 20 % de los 25 millones de habitantes del país, mientras otras regiones también ordenaron confinamientos localizados, que ya han sido levantados.
A raíz del brote en Sídney, Australia, país que cerró sus fronteras en marzo de 2020 y prevé reabrirlas a mediados de 2022, redujo de unas 6,000 a 3,000 las entradas internacionales que permite con exenciones, lo que ha complicado la repatriación de más de 34,000 residentes y ciudadanos varados en el extranjero.
Australia, que acumula más de 3,000 contagios de COVID-19, entre ellos 911 muertos, ha vacunado a más de 8.4 millones con la primera dosis, aunque menos de un 10 % de la población tiene la pauta completa.
Como puede usted comprender, estas cifras son diametralmente opuestas a las de nuestro país e incluso, en nuestro estado de Tabasco, que, a pesar de tener una población mayor de dos millones de habitantes, esta es casi el 7 % de ese país, comparando estas cifras son elevadísimas.
Hablar de cifras oficiales de 77, 772 contagiados y 4,419 personas fallecidas con contagios diarios arriba de los 300 indica que algo se ha hecho mal desde el inicio de la pandemia.
En ese lejano país se establece cuando se necesita realizar el confinamiento obligatorio lo hacen sin temor a nada, aquí, desafortunadamente nada de eso ocurre.
Algo habrá que hacer de inmediato ante esta tercera ola de contagio, antes de que sea demasiado tarde.
Saber que hay 14 millones de vacunas listas para aplicarse y que aún no se activan los programas para inocularlas es preocupante. Versiones van y vienen al respecto, pero lo menos que queremos creer es que este programa esté suspendido por falta de recursos o que la aplicación récord que se tuvo ante del 6 de junio haya sido un esquema electorero. Espero equivocarme.
Lo que importa es que el país y sus ciudadanos están en riesgo, que conste, no solo Tabasco.