CARTA ABIERTA
Cuando faltan menos de dos meses para asumir el cargo de presidenta municipal de Centro, lo que hará el 4 de octubre, la morenista Yolanda Osuna lleva a todas partes el expediente de los compromisos hechos en campaña. El alcalde saliente, Evaristo Hernández, ha reconocido la existencia de varios temas inconclusos, destacando el megaproyecto de modernización del sistema de agua potable y alcantarillado. La pregunta es: ¿le alcanzará el tiempo a la nueva alcaldesa para cumplir los compromisos de campaña?
En principio, a la hora de evaluar las expectativas reales sobre la nueva administración municipal, es importante recordar que el propio Evaristo ha informado que dejará una deuda de cien millones de pesos. Hasta ahora se ha venido pagando parte del crédito de 140 millones que pidió para inversión pública productiva y que al corte el primer trimestre de este año tenía un saldo de 130 millones de pesos.
Lo cierto es que en las próximas semanas se pagarán 30 millones, quedando pendientes los cien que el alcalde ha reconocido como pasivo para el próximo gobierno de la capital. Pero no es todo: a este pasivo tendrán que sumarse cien millones más por el refinanciamiento solicitado por la administración del perredista Humberto de los Santos Bertruy, allá por 2015. Esto fue parte de una reestructura de la deuda pública dejada a su vez por el priista Jesús Alí de la Torre y que vence en 2025.
En este entendido, habrá que ser muy razonable a la hora de pedir resultados inmediatos al Gobierno de Yolanda Osuna ya que, de entrada, heredará una deuda de 200 millones de pesos, una cifra muy pesada para cualquier administración municipal de Tabasco.
Sin embargo, se sabe que la alcaldesa electa es optimista en cuanto al hecho de que un buen manejo de los recursos disponibles alcanzaría para empezar en lo inmediato su plan de cinco ejes: Gobierno ordenado, transparente y responsable, Bienestar social para fortalecer las capacidades humanas, Progreso y crecimiento económico con igualdad, Desarrollo municipal sostenible con perspectiva global e Infraestructura y servicios públicos para la transformación.
Aunque todos los puntos de su agenda oficial son importantes, Osuna le ha dado una importancia destacada al combate a la corrupción. Para ello servirá la creación de un sistema municipal anticorrupción como órgano de deliberación con participación ciudadana. El objetivo es establecer principios, políticas públicas y acciones de prevención, detección y sanción de faltas administrativas y actos de corrupción. Siguiendo la directriz que han marcado el presidente Obrador y el gobernador Adán Augusto, será prioridad el manejo eficiente de los recursos, aplicando criterios de austeridad, racionalidad y disciplina en el gasto público.
Hasta ahora, se sabe que los trabajos de entrega-recepción han caminado sin contratiempos y se han acelerado con el regreso de Evaristo a sus funciones. Fuentes de ambos equipos de trabajo confirman cuentas claras. La transición de poderes sigue aterciopelada. Ayuda mucho que ambos alcaldes pertenezcan a los mismos colores.
Este es, a grandes rasgos, el panorama que Yolanda Osuna encontrará al asumir el mando a principios de octubre. En principio, habrá que tener en cuenta la empinada cuesta de la deuda pública y lo que esta podría incidir en un comienzo no tan rápido en resultados. En cuanto a la pregunta de si le alcanzará el tiempo para cumplir sus compromisos de campaña, la respuesta parece ser afirmativa, en el sentido de que contará con el apoyo del gobernador y del presidente del país.
Hay otra razón más: tener a una mujer en el cargo parece ser garantía extra de una gestión eficiente.