CABALA
Dos temas ocuparon el inicio de esta semana en la opinión pública. Primero, la desconfianza de padres de familia a la “carta responsiva” que deben firmar para el “regreso seguro” a clases presenciales; y la segunda es la controvertida autorización de las autoridades de salud para que burócratas vacunados con sus dos dosis, regresen a Home Office.
Lo que hay detrás de estos dos escenarios no es desconocido, ni por el gobierno, ni por la sociedad, estamos en medio de la desconfianza nacional a las fallas estructurales en nuestra educación pública, y desde luego, de nuestros servicios públicos de salud.
Las contradicciones pues, en el escenario “covidiano”, me recordaron al estimado Sebastián Ruíz de la Cruz, durante un café entre locutores en el “Jaguar Despertado”, después de un análisis al sistema educativo mexicano: “nos han educado para ser obedientes”, subrayó.
Y es que el mexicano además de religioso, es muy obediente; sin dejar a un lado la tipología del mexicano activamente autoafirmativo, que se caracteriza por ser rebelde.
Sin embargo este escenario no es muy distante a lo que teníamos antes de la conquista.
Nos recuerda Juan David Pérez, que entre los mexicas había dos grupos sociales: pipiltin y macehualtin. Los pipiltin eran los gobernantes y sacerdotes, y los macehualtin eran el resto del pueblo. El Gran Tlatoani, era elegido de entre los pipiltin más importantes, quienes eran descendientes de los gobernantes. Un grupo de pipiltin aconsejaba al tlatoani en asuntos de gobierno.
En las escuelas se enseñaba a los niños a soportar el sufrimiento y a desarrollar una gran resistencia. La educación era diferente para las dos clases sociales: los niños macehualtin entraban al Tepochcalli, donde se entrenaba a los soldados que se necesitaban para las conquistas mexicas; los pipiltin o nobles, entraban al calmecac, donde se preparaba a los futuros gobernantes y sacerdotes.
¿Le suena a escuela pública y privada?
En la segunda, no hay hasta el momento ninguna resistencia a las clases presenciales. La obviedad desde luego es porque en ellas, no existen grupos de más de 15 alumnos por salón y el traslado de alumnos se realiza en vehículos particulares. Ahí es desde luego, más efectivo el control sanitario anticovid.
En la pública, sin embargo, pasan de cuarenta los alumnos por salón y el transporte es colectivo.
En este contexto, las consideraciones de José Atila Montero Acosta – presidente de las sociedades de padres de familia- en el sentido de que más del 80 por ciento de las familias mexicanas no enviarán a sus hijos a clases presenciales, es “natural”.
Más cuando mandas a los burócratas vacunados, pero en riesgo, a sus casas.
Los teóricos de la personalidad como Sigmund Freud, distinguía dos tipos de instintos que rigen la conducta humana: instinto de vida y de muerte.
Los últimos distinguen las ideas autodestructivas cuando se dirigen al Yo; pero en los instintos de vida predomina la autopreservación.
Por ello el gobierno federal, en particular las autoridades educativas, tendrán que lidiar en esta ocasión con el mexicano ideal; que es obediente, pero rebelde cuando él cree que es necesario, ya sea por conveniencia o por carácter.
Porque si bien los mexicanos culturalmente despreciamos la vida y nos burlamos de la muerte, el escenario cambia cuando tocas a su madre o se meten con sus hijos.
Kybalión.- El columnista Jorge Núñez Martín, confirmó ayer vía Fabián Granier Calles, que la coordinadora de la fracción del PRI en el Congreso Local será Soraya Pérez Munguía.
Hasta el momento la dirigencia estatal del tricolor se mantiene sin confirmar el dato, pero se considera que el próximo viernes en la instalación de la junta preparatoria, lleguen con el acuerdo consolidado.
Trascendió que la nueva mesa directiva en el congreso que entra en funciones el seis de septiembre – si no sucede otra cosa- lleva mano Rafael Elías Sánchez Cabrales como virtual presidente; llevando a Karla Garrido como Secretaria. El PRD enviaría a Juan Álvarez como vicepresidente y el PRI lanzará a Maritza Mayelli como su representante. Veremos.