Franja Sur
El gobierno insiste en falsear la realidad, en mostrar un ambiente de normalidad cuando los contagios de Covid19 siguen en las calles pues, según sus propias cifras, los casos de muertos no paran.
Apenas ayer fallecieron más de 800 persona en el plano nacional y se reportaron más de 14 mil casos positivos en 24 horas, y en Tabasco hubo más de 800 nuevos infectados.
Sin embargo, el funcionario federal de Salud Hugo López Gatell sacó su varita mágica y salió a decir que los contagios bajarán en las próximas semanas. Sí, como cuando dijo que aplanarían la curva y que en un caso extremo la pandemia dejaría 60 mil muertos en México. Hoy van casi de 250 mil.
Claro, lanzó semejante anuncio para reforzar esa política absurda de regresar a los niños a clases presenciales, la verdad, la verdad, esta medida es un verdadero disparate.
Con esto queda claro que ellos, el régimen, ha jugado con las cifras de contagios, la suben y la bajan cuando a ellos se les da la gana.
Esta situación ha creado sólo confusión en los mexicanos, pues allá arriba no se ponen de acuerdo las autoridades, no hay orden y por eso el caso de la pandemia se les salió de control, por ejemplo, la secretaría de Salud se inventó la carta responsiva como parte de un plan de acción de retorno seguro a las aulas.
Se trata de un documento que deberán firmar los padres de familias en la que ellos autorizan la presencia de sus hijos en las escuelas. Esto es, por si algo grave pasa con los alumnos, la SEP se quita esa responsabilidad. Es pues un documento equiparable al que le piden los médicos a los familiares en una operación delicada.
Pero ante las quejas y la avalancha de críticas en los medios y en las redes sociales, el presidente López Obrador salió a decir que no es necesaria esa carta y, mencionó que a él no le consultaron sobre el diseño del documento. Unos días antes la propia secretaria de Educación, Delfina Gómez, hizo el anuncio de la dichosa carta desde la mañanera en presencia del presidente.
Otra inconsistencia en estos tiempos de crisis sanitaria es el hecho de mandar a personal de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a levantar censos, cuando por otra parte persiste el anuncio de “no salir de casa”.
Por supuesto que esas estadísticas que están levantando en estas fechas quedarán cojas, debido a que muchas familias no les abren las puertas, pues temen ser contagiados al recibir a personas que andan en las calles, como es el caso de los empleados del INEGI.
Y es que así como existen personas irresponsables que, por estar vacunados ya se mueven como si no pasara nada, hay otro sector que se sigue cuidando tal y como lo marcan los protocolos. Del color del semáforo epidemiológico ya ni hablamos.
El caso es que en plena pandemia sigue la incertidumbre creada y fomentada por las mismas dependencias del gobierno que, no han tenido un manejo óptimo de la contingencia, y, hoy con la situación en el cuello, a varios diputados y voceros del gobierno les ha dado por culpar a los ciudadanos de la proliferación de contagios.
Ahí se las dejo.
La botica
1.- En la Ciudad Deportiva ya en varias ocasiones se ha visto que con frecuencia estacionan una camioneta color gris sobre la pista de atletismo (hágame el reverendo favor), exactamente frente al parque infantil, por el rumbo donde están las ventas de hot dog y hamburguesas. Debe ser un influyente porque nadie le dice nada.
2.- Huele mal, apesta, tiene un fuerte tufo a manipulación la campaña de sindicalistas contra el Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado (ISSET). Todo apunta en que manos perversas deben estar atrás de este movimiento en contra de Fernando Mayans Canabal, director del instituto. Está anunciada una marcha para el sábado, y, ahí comenzará a surgir información sobre qué intereses reales persiguen los sindicalistas que, por cierto, nunca han sobresalido por ser democráticos y defensores de los derechos de los trabajadores. Si hay “mano negra”, pronto lo sabremos.