EL TÍO VIVO

Recuperados de las sorpresas y de lo vertiginoso que fue el fin de semana, toca ahora revisar lo que sigue en lo inmediato para Tabasco. Los vacíos que se dieron por las renuncias en el gabinete ya fueron ocupados y no generaron incertidumbre ni nerviosismo, puesto que fueron designados personajes muy identificados con el proyecto que inició el gobernador con licencia López Hernández.

En la Secretaría de Administración, se decidió por un hombre identificado con el círculo cercano al equipo conformado por Adán y por lo mismo, con la misma línea de trabajo que inició hace 3 años la administración morenista. Es decir, no hay golpe de timón y se seguirá trabajando igual que cuando estaba Oscar Palomera.

En lo que a la Secretaría de Gobierno respecta, la decisión de colocar ahí a Guillermo del Rivero, significa una ratificación para quien se considera como el responsable de darle formalidad legal a las propuestas de este gobierno, a quien ha sido el responsable de darle fundamento al proyecto. Una cara nueva pero que se ha sabido ganar el espacio con seriedad y capacidad.

Pero lo más importante para Tabasco, antes que para algún proyecto personal y de grupo, es que las cosas terminen de aterrizar y que lo que se inició se concluya, porque ya tenemos la amarga experiencia de gobiernos truncos que no terminan lo que empiezan y sustitutos a los que no les alcanza el tiempo para afianzar nada.

En 1992, la administración de Salvador Neme vio truncado su periodo y lo mucho o poco que había planeado, se quedó el en olvido. Su sucesor Manuel Gurría, tuvo que subirse al tren en plena marcha y su gestión (de la que muchos de los que hoy gobiernan fueron parte) se dedicó a apagar fuegos, enmendar entuertos y preparar el terreno para el que sería su sucesor.

En esos ya lejanos 6 años, el estado avanzó poco o nada y mientras los grupos políticos se daban con todo, la sociedad se quedaba con la expectativa de que alguien le resolviera sus problemas. Un sexenio, como dicen los clásicos, perdido.

Hoy se garantiza continuidad y eso, a estas alturas del quehacer público, ya es ganancia. Tabasco no está para aventuras y lo menos que queremos es borrón y cuenta nueva. Confianza en quien es el encargado de llevar el mando, es lo menos que podemos ofrecer. Pero igual se pide que, donde manda capitán…

Antes de bajarnos del caballito…

Que los niños se enferman menos, dice el Presidente, que habrá atención en caso de contagios, asegura. El tema es que nadie quiere que esos pocos niños que se enfermen, sean los suyos, así transcurre el regreso a clases…