CARTA ABIERTA
La designación de Carlos Manuel Merino Campos como gobernador interino da certeza legal y política al desempeño del morenista. Así se eliminan las especulaciones acerca de lo que sucedería una vez que finalizara su mandato provisional de sesenta días, otorgado por el Congreso el 27 de agosto.
Las reformas constitucionales aprobadas por la 63 Legislatura local dejan al mismo tiempo la puerta abierta a un posible regreso del ahora secretario de Gobernación, Adán Augusto. Si bien este ha rechazado su intención de regresar al Poder Ejecutivo, tal como lo hizo Roberto Madrazo en 1999 tras perder ante Pancho Labastida la elección priista para elegir al candidato presidencial, ahí están esas modificaciones a la Carta Magna.
Merino no tardó en mostrar lo que será su propio estilo de gobernar, sin caer forzosamente en un distanciamiento con su antecesor. En la conferencia de prensa ofrecida en Palacio de Gobierno tras rendir protesta como gobernador interino en la Cámara de Diputados, respondió a una pregunta sobre quién gobernará en Tabasco. Su respuesta no pudo ser más contundente: “Las decisiones las tomaremos aquí en Tabasco”.
De esta forma, el nuevo gobernador asumió públicamente lo que será su responsabilidad personal ante los tabasqueños, su propio destino. La historia lo juzgará sobre la base de su desempeño y no del de terceros. Es lo que implica el ejercicio del poder por parte de un gobernante convencido de sus principios, porque en ningún momento ha escondido su gratitud y amistad con Adán Augusto y con el presidente Obrador.
Si bien se espera un Gobierno con su propia pauta y forma, con su propio sello, ha optado por la continuidad en el trabajo de su predecesor. Los nuevos nombramientos así lo confirman: Guillermo del Rivero como secretario de Gobierno, Carlos Enrique Íñiguez Rosique en la titularidad de Administración y Malú Somellera en la Coordinación Ejecutiva de la Gubernatura. Los tres forman parte de los llamados ‘adanistas’, aunque sólo los dos primeros cargos son de relevancia en la entrega de resultados de la administración estatal.
Por otra parte, el ‘Capitán’ Merino ha reiterado su llamado a la oposición para inaugurar una nueva etapa de “conciliación, diálogo y apertura”. El primero en tomarle la palabra fue Dagoberto Lara. El dirigente estatal del PRI celebró esta nueva disposición del Ejecutivo y dijo esperar que no sean declaraciones al calor de un nuevo Gobierno.
En las próximas semanas se sabrá hasta dónde llega esta política de acercamiento con los opositores, sobre todo sabiendo que en la Secretaría de Gobierno despacha un funcionario que no tiene precisamente fama de blandito, según lo señaló el propio mandatario interino en una entrevista radial.
Así ha comenzado la ‘era Merino’, una etapa en la que se espera una continuidad sin continuismo; un esfuerzo por apuntalar lo que se hizo bien y corregir lo que se hizo de forma inadecuada. Por lo pronto, el talante conciliador del nuevo mandatario abre la esperanza a tener una gestión más incluyente, más plural, abierta a escuchar todas las voces.
Pero no hay confusión. El jefe del Ejecutivo tiene muy clara donde están su lealtad y su compromiso. Y con estas bases gobernará durante los próximos tres años.
: MEUNIER
Por razones hasta ahora desconocidas, el presidente de la Asociación Ganadera Local de Huimanguillo, Agustín Pérez Meunier, no apareció en las boletas el 6 de junio. No obstante, sigue manteniendo un importante capital político.
Se sabe que representantes de diversas fuerzas políticas se le han acercado para estudiar una postulación en 2024. La situación no es casual. Meunier se ha hecho de una envidiable fama pública, derivada de su rectitud y honestidad como ciudadano.
Su futuro político es un misterio y él se niega a abordar el tema, pero es bien sabida su fuerte influencia electoral en la zona de la Chontalpa, teniendo su epicentro en la tierra de las piñas. Dicen que dará mucho de qué hablar en los próximos meses.