CHAPALEO
COMO SI construir obras de servicio social fuera el principal objetivo de un ayuntamiento, los alcaldes se esmeran en sacar adelante proyectos como el de Jalpa de Méndez en donde se trabajó duro en la remodelación del polideportivo de alto rendimiento; en Balancán, la construcción del Centro Multimodal de Transporte y Comercio; en Comalcalco se renovó por enésima vez la plaza municipal; en Cunduacán quedó renovada la imagen urbana de la cabecera municipal; en Paraíso el centro social y deportivo; en Tenosique fue construido el mercado público “Benito Juárez” y podríamos seguir hablando acerca de lo que se construyó en los últimos ocho meses en cada una de las 17 alcaldías, sobre este tema
Y CLARO, también se trabajó en caminos vecinales, drenaje, alumbrado público. Pavimento de carreteras y construcción de puentes, etcétera, pero lo que quiero privilegiar en esta área, es que no se observan proyectos para hacer producir alimentos, las fértiles tierras de nuestro territorio tabasqueño siguen en el abandono, producimos maíz, frijol, arroz, calabaza para nuestro propio consumo, no existen planes para sembrar en áreas compactas y obtener abundantes cosechas, no hay trazos ni para instalar lo que podría ser una planta para industrializar toda esa fruta que se pierde al pie del árbol.
SE COMENTÓ la semana pasada que las delicadas condiciones climáticas, tanto en el norte como en el centro, han propiciado graves daños en la producción alimenticia del campo, trayendo como consecuencia escasez y por consiguiente aumento en los precios al consumidor.
POR ALGUNA razón los gobiernos, principalmente los del sureste del país, fijan su mirada en la urbanización de las grandes ciudades y se olvidan de lo trascendental que es la producción de alimentos.
SI BIEN es cierto que Tabasco exporta plátano, cacao, miel, limón, piña, también es cierto que ese proceso nos deja sin alimentos pues todo se exporta, como también se envía a los mercados de consumo internacionales lo que producen los viveros hidropónicos.
NUESTRA GENTE del campo, pese a los avances tecnológicos siguen cultivando con pala, machete y garabato, los pocos que quedan, porque la inmensa mayoría están en las grandes ciudades formando los cinturones de miseria.
PARA FORTUNA nuestra en Tabasco en tiempo de inundaciones no se pone en riesgo el hato ganadero porque “tenemos vacas que saben nadar”
Y CLARO que hay más, mucho más, pero por hoy me voy, no sin antes comentarles que en muy poco tiempo Villahermosa contará con dos hermosos malecones, con no sé cuántos distribuidores viales, modernos sistemas de transporte urbano, con una moderna planta potabilizadora de agua y a lo mejor hasta con un nuevo palacio municipal, pero ¿y qué vamos a comer? Seguiremos chatarreando