GUAYABERA POLÍTICA
Dos expresiones, creo que importantes, mueven al reportero a escribir este apunte periodístico, dirigidas ambas a las autoridades municipales que inician sus funciones, una de ellas del Presidente López Obrador, otra del gobernador del Estado, Carlos Manuel Merino Campos.
El presidente de la república, en gira de trabajo por el estado de Veracrúz, inauguraba la autopista Cardel-Poza Rica y al pronunciar su discurso, “con la voz en lo alto del cuello”, dijo lo que aquí nos interesa, recordándonos, dicho sea de paso, sus tiempos de opositor, sus tiempos de intensas y penetrantes campañas electorales.
El gobernador tabasqueño, por su parte, hizo su apirtación en mensajes dirigidos a los pobladores de los municipios, al asistir a la toma de protesta de varios nuevos alcaldes. Bien.
López Obrador, les dijo a los presidentes municipales, que no se anden «por las ramas», que no vayan a torcer el camino y perder la ruta, que no estén pensando en «acrecentar sus cuentas bancarias robándole al pueblo su dinero», porque se los va a llevar «el patas de cabra».
Digo, en pocas y entendibles palabras, eso fue lo que dijo aunque no de la forma en que aquí se escribe, afirmó ademas que a aquellos alcaldes que les “crezcan las uñas” en el ejercicio de sus responsabilidades, les va a dar “manicure” sí, pero con “hachuela”.
Merino Campos, llamó a los nuevos presidentes municipales, a ejercer el poder con orden, responsabilidad y honor y hasta con humildad, reiterando en cada ocasión, en cada municipio visitado, como para que los nuevos alcaldes, regidores, directores, etcétera, lo entiendian muy bien, que:
“No debe de haber margen de error”, las cosas, se entendió muy bien, deben de hacerse debidamente planeadas, ya es hora de darle la espalda a las ocurrencias, a la inmediatez y a los caprichos.
Y en medio de todo esto, amable lector, quedan otras consideraciones qué hacer, ligadas por supuesto a las del presidente y el gobernador, quiero referirme a esos vicios añejos, tan viejos como perjudiciales, dentro de la administración pública en los tres órdenes de Estado, pero sobre todo en el municipal, como resulta ser el condenable “borrón” que muchos funcionarios entrantes dan a múltiples y benéficos programas por el simple hecho de que ellos traen los propios y los de quienes concluyeron sus gestiones, que se vayan al diablo.
Según esta filosofía, quienes llegan no deben adoptar programas de sus antecesores y mucho menos reconocer o darles crédito a los que hayan resultado exitosos y benéficos para la población.
Cientos, miles de millones de pesos, han ido a parar a la basura por este simple hecho, nocivo como el que más, de políticos irresponsables que por egoísmo, en primer lugar, no le dan continuidad a las acciones que generan desarrollo y progreso, en muchos casos destruyen para comenzar a construir otra cosa sobre los escombros de lo que derrumbaron.
Creo que sobre este tema, en particular, se debe de poner toda la atención necesaria, de lo contrario, si los nuevos alcaldes siguieran con esa nefasta tradición de no avanzar sobre lo logrado por las autoridades que les abrieron paso, no estarían sino impidiendo que muchas heridas hechas a la sociedad por la irresponsabilidad y la corrupción, cerraran definitivamente y que los ciudadanos negaran sus esfuerzos y capacidades para seguir adelante.
Y de obras y programas interrumpidos, cancelados o destruidos, sobran ejemplos…
Ya hemos hablado de ellos en este espacio por distintos motivos y en diferentes ocasiones.
Los ejemplos de estas cosillas, repito, sobran aquí, allá, sobran en cualquier parte, en cualquier municipio…
Y este problema, también, cree el reportero, habrá quedado comprendido en las expresiones aquí comentadas del presidente de la república y del gobernador del estado, ojalá que quienes ya empezaron a tomar las riendas de las distintas oficinas en cada ayuntamiento, no pierdan el entusiasmo con el que quisieron ser lo que ya son y no vayan a comenzar a hacer planes para descubrir nuevas fórmulas para robarse el dinero del pueblo.
Ojalá!
Lo dicho por el Presidente López Obrador y por el Gobernador Merino Campos, no fueron palabras al viento, fueron expresiones de políticos que saben bien cuánta es la importancia de la función pública basada en la planeación, en la rectitud y en la evaluación de resultados, el tiempi dirá de qué están hechos los destinatarios.