CARTA ABIERTA
El arribo de Juan Molina Becerra a Morena sigue generando resistencias en este partido, como lo muestra la postura del diputado local Jorge Bracamonte Hernández, quien expresa que «no cualquiera” puede ingresar a sus filas.
Si bien dice que toda persona es libre de renunciar a su militancia para entrar a Morena, advierte que la Comisión de Honestidad y Justicia debe revisar sus antecedentes para no generar molestia entre los militantes y simpatizantes. Y aquí viene lo interesante, porque Bracamonte admite que algunos de esos nuevos integrantes dañaron y atacaron al movimiento.
El diputado dice que “todo mundo” se pelea ahora para entrar a Morena porque sabe del posicionamiento del partido y las ventajas que tiene en las urnas. No obstante, advierte sobre militantes y fundadores que no están contentos de que algunos de esos nuevos miembros sean identificados por haber atacado en el pasado a Obrador y al movimiento en general.
Por eso ha dicho que el partido tendrá que tomar una decisión en torno a esos temas y pidió poner filtros para que no cualquiera puede ingresar a sus filas, ya que esto mismo lo ha exigido el presidente Obrador.
Y aunque el diputado rechaza que Morena sea el nuevo PRI, tal como lo señalan algunos personajes de la oposición, lo cierto es que esta es la imagen que están dando ante los ciudadanos.
Si bien parece que Bracamonte está comprometido con la ideología del partido, al defender el ejercicio de un gobierno diferente y la democratización al interior del instituto político, hay una corriente pragmática que viene tomando fuerza, apostando por incorporar a todo nuevo miembro con tal de quitarle fuerza a la oposición.
En el caso de Tabasco, se dice que esta operación es encabezada por uno de los nuevos diputados federales de Tabasco. Haciendo uso de una astucia que lo ha llevado a moverse en diferentes grupos desde el PRI, pasando por el PRD y ahora Morena, ha ‘vendido’ a Mario Delgado la idea de debilitar al PRI y al PRD por medio de arrebatarle a sus nuevos y antiguos cuadros. El gran conflicto en este loco afán es estar encontrando ya resistencias en Morena, tal como lo demuestran las declaraciones del diputado Jorge Bracamonte.
La estrategia de este pragmatismo ‘neomorenista’, impulsada desde una curul de San Lázaro, está metiendo al partido en una gran crisis de pérdida de identidad ideológica y de principios, llegando al despropósito, como en el caso de Juan Molina, de sumar incluso hasta a viejos adversarios de Obrador.
Este grupo de poder en Morena está jugando con fuego al dividir a la militancia, llevando su plan a límites que ya son más que evidentes ante los ojos de los morenistas y los ciudadanos en general.
: FEMINICIDIOS
La coordinadora de la bancada del PRI en el Congreso local, Soraya Pérez Munguía, pide atender el problema del feminicidio, que el domingo registró otro caso con el asesinato de una mujer embarazada en Cunduacán, presuntamente a manos de su pareja.
Y es que expuso que las “alertas de género” ya no tienen recursos, y para activarla en el estado se necesita que el Gobierno federal destine dinero para implementar acciones que disminuyan la violencia contra las mujeres. Por eso, como parte del Colectivo 50+1, explica que está preparándose una agenda para seguir avanzando en el tema.
La legisladora priista argumenta que más que un Instituto Estatal de las Mujeres se requiere de la creación de la Secretaría de la Mujer, para avanzar también en el empoderamiento. Por ejemplo, propone la creación de refugios para mujeres ya que son muy pocos en Tabasco.
Un dato: el reporte mensual de enero-septiembre de Observatorio Ciudadano Tabasco registra ocho feminicidios, lo que sitúa a la entidad en la posición 29 nacional. Los datos llevan a seguir poniendo atención en esta problemática, tal como lo expone la diputada local del tricolor.