CARTA ABIERTA
Pemex sigue perdiendo fuertes cantidades de dinero, aunque el más reciente reporte indica que la sangría se ha detenido y que ahora estaría en una curva ascendente de recuperación. Sin embargo, es muy pronto para que Octavio Romero Oropesa lo celebre, ya que la deuda neta ha subido a 2 295 billones de pesos, 1.6% más que al cierre de diciembre de 2020.
El diario Excelsior ha publicado que, en el acumulado de enero a septiembre, Pemex registró una pérdida neta de 100 mil 238 millones de pesos, lo cual se explica principalmente por la afectación en el tipo de cambio del peso frente al dólar, así como por el pago de deuda y sobre todo de impuestos.
La empresa no ha logrado evitar número rojos pese a las aportaciones millonarias que sigue haciendo el gobierno ni por los beneficios que ha logrado por la recuperación de los precios del crudo en los mercados internacionales, lo que le ha permitido aumentar sus ingresos totales, pues estos alcanzaron 1.49 billones de pesos, que representan un aumento de 49% en comparación a los 704 mil 834 millones de pesos de 2020 luego del desplome del costo como consecuencia de la emergencia sanitaria.
En su reporte financiero al cierre del tercer trimestre del año, la empresa del estado muestra que el resultado negativo es menor respecto a la pérdida de 605 mil 176 millones de pesos de los primeros nueve meses del año pasado.
El director de finanzas de Pemex, Alberto Velázquez, asegura que Pemex es la empresa con la “carga fiscal más grande del mundo”, por lo que es este uno de los factores que la mantiene con pérdidas importantes.
Tan solo en el tercer trimestre, la pérdida neta fue de 77.2 mil millones de pesos, comparada con un rendimiento neto de 1.4 mil millones del mismo periodo del año pasado. Sin embargo, el ‘talón de Aquiles’ es la deuda de 2 295 billones de pesos, 1.6% más que al cierre de diciembre de 2020.
Todo indica que Octavio Romero sigue en un camino cuesta arriba, porque si bien ha logrado reducir las pérdidas de manera importante, no ha evitado que la deuda neta se incremente.
Analistas nacionales han especulado con su destitución. No obstante, las señales en este sentido brillan por su ausencia, por lo que Obrador lo mantendría en su cargo hasta el final del sexenio.
A Romero se le plantea el reto mayúsculo de seguir reduciendo las pérdidas y bajar de manera considerable la deuda billonaria. Por lo pronto, en Tabasco se le sigue mencionando como uno de los aspirantes más fuertes a la gubernatura.
Algo es cierto: de cómo entregue Pemex dependerá en gran parte su oportunidad en 2024. A Morena le costaría mucho postular a un funcionario que ha fracasado en su gestión.
: POLÍTICAMENTE INCORRECTO
Vaya despropósito del diputado morenista Luis Salinas Falcón al recordar, en el Pleno del Congreso, la «gran inundación» de 2007, que el miércoles 27 ajustó catorce años.
Reconoció la solidaridad de los ciudadanos y al personal del Instituto de Protección Civil, de la Secretaría de Marina y de la Defensa Nacional, pero se olvidó de quien estuvo al frente de ese plan de contingencia: el entonces gobernador Andrés Granier Melo.
La ‘amnesia’ de Salinas no pasó desapercibida en la bancada del PRI, donde Fabián Granier, hijo del exmandatario, sólo alcanzó a esbozar una pequeña sonrisa, mientras Soraya Pérez cruzaba miradas con su compañera de bancada, Maritza Jiménez.
Habría sido más elegante, y más políticamente correcto, citar también a Andrés Granier, tan sólo por remitirse a los hechos históricos. Y porque el propio Salinas formó parte de ese gobierno. Nadie se lo hubiera reclamado.