Franja Sur
Raúl Ojeda se sorprendió cuando en la entrevista Emmanuel Sibilla, conductor de Telerreportaje, le insinuó que iría como delegado de Morena al estado de Morelos. El ex candidato a la gubernatura no tenía registrada esa información.
Este hecho, pues, demuestra la influencia del locutor en el sexenio que corre, pues tiene información de primera mano del gobierno federal como del estatal, gracias a su amistad con Adán Augusto, el secretario de Gobernación.
También deja claro que en las oficinas del Palacio de Cobián está la mano que instruyó enviar a Raúl Ojeda a las tierras que gobierna Cuauhtémoc Blanco, mientras que a Oscar Cantón lo mandaron a Oaxaca.
Claro, con el pretexto de la revocación de mandato, pero en honor a la verdad, atrás de esta acción está el propósito de alejarlos de Tabasco a fin de impedirle realizar campaña adelantada a uno, y de levantar polvo entre los fundadores al segundo.
Así, el secretario de Gobernación le despeja la cancha a su amigo Carlos Manuel Merino, para que nadie la haga sombras, para que no le hagan olas en su interinato y evitar que impulsen candidaturas en colonias y comunidades. Ahí deriva el asunto de la salida del estado de dos políticos con recorridos en Tabasco.
Y, cuando en marzo del próximo año, una vez terminado el proceso sobre la revocación de mandato, veremos qué se le ocurre a la pareja de políticos chocos que operan en Bucareli, porque Adán Augusto y su ayudante Pepe Toño juntos, son la perversidad andando. Porque para eso de bajar a las catacumbas y diseñar temas tenebrosos se pintan solos.
Bien. No es la primera vez que Raúl Ojeda enfrenta este tipo de exilio disfrazado, en el año 1995, en vísperas de que el PRD designara al candidato a la gubernatura, el entonces dirigente nacional Leonel Godoy Rangel le propuso irse de delegado del partido al estado de Yucatán, pues el michoacano simpatizaba con otro tabasqueño para la candidatura. Esa vez Raúl Ojeda rechazó la invitación de salir del terruño.
Y es que el retorno del jonuteco a la actividad política alborotó la gallera en Tabasco, pues apenas se supo de su afiliación a Morena, se levantaron comentarios de todo tipo y sabores, tanto a favor como en contra. De este modo, queda claro que el ex candidato a la gubernatura sigue teniendo cartel político y un buen número de aceptación y de seguidores, capaz de hacer tomar sus precauciones a quien hoy manda en el estado.
Pero no pasó limpio su retorno, ya que surgieron también fuertes comentarios de sus detractores que en las rede sociales dejaron sus mensajes criticando al nuevo cuadro de Morena.
Y es que no nace todavía en tierras del Grijalva un político con la estampa de “monedita de oro”, para caerles bien a todos, vaya aquí hasta el presidente López Obrador, considerado un mandatario popular en el orbe, en su propia terruño recibe duras críticas, quizá las más mordientes salen de sus paisanos que no aprueban su acciones de gobierno.
Por cierto, durante la entrevista Ojeda manifestó que de aquí a marzo “no cuenten conmigo para ninguna otra cosa más que para abogar”, y destacó entonces que su trabajo dentro del partido será primero las firmas del 1 al 15 de noviembre, que “de eso hay gente responsable y le están dando, lo otro es ir a la calle y decirle a la gente: tienes que firmar”.
Dijo que si “no consolidamos la 4T”, todos los proyectos y los respaldos sociales que tenemos pueden, ante un eventual triunfo de otras opciones, desaparecer así que tenemos que impulsarlo y ratificar Andrés Manuel en la presidencia.
Comentó que en plática con Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, le dijo que había llegado el momento de la decisión, y que se inscribió al partido para respaldar en todo lo que sea posible al presidente como un simple militante más.
Que lo hizo para coadyuvar a que se reafirme el proyecto de la 4T y auspiciar, alentar a la ciudadanía para que vaya a votar en la revocación de mandato, ante los opositores que dicen que el presidente no tiene respaldo y están convocando a que nadie vaya a votar.
Pero en el fondo, Raúl Ojeda encendió las alarmas en el grupo del gobernador a distancia.
Y bien. Para los lectores de esta franja de fuera del estado, hay que consignar que ciertamente Ojeda Zubieta militó en el PRI en su pasado, pero es de los políticos tabasqueños que luego junto con el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador luchó en Tabasco contra el madracismo (Roberto Madrazo y compañía) en los tiempos en que el partido tricolor tenía todo el poder político y económico de México.
En el 2000 compitió por la gubernatura de Tabasco abanderando al PRD, comicios que fueron sancionados por el Tribunal Electoral Federal por irregularidades cometidas por el gobierno estatal a favor del candidato del PRI Manuel Andrade Díaz, y esa elección de gobernador se convirtió en la primera que se anuló en México.
En el 2001 volvió a competir en el proceso electoral extraordinario por el perredismo, en donde los números electorales favorecieron al PRI. Después en 2006 volvió a ser designado el candidato del PRD a la gubernatura y de nuevo el triunfo correspondió al candidato del tricolor, esta vez Andrés Granier Melo.
Ahí se las dejo.