Irrespetando las reglas internas, escritas o no escritas, el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Tabasco, CICT, Alfredo Villaseñor Negrete, busca imponer una modificación unilateral a los estatutos del organismo sin haberla consensuado con todas las partes involucradas.
A pesar de haber lanzado la convocatoria respectiva el pasado viernes, Villaseñor pretende que el cambio a los estatutos se apruebe este 26 de noviembre, sin que los 326 miembros del cuerpo colegiado hayan recibido el informe de su contenido.
La estrategia de imposición de Villaseñor Negrete cuenta, al parecer, con la complicidad de los miembros de la Junta de Honor del propio CICT, porque hasta ahora no se han pronunciado al respecto.
Fuentes del CICT aseguran que cualquier modificación a los estatutos, por su enorme importancia dentro de la vida interna del organismo, debe primero pasar el filtro de los acuerdos y el consenso a fin de hacerlo en el marco de la transparencia.
“Villaseñor debe actuar con cordura e inteligencia, sabiendo que cualquier cambio a nuestros estatutos debe aprobarse en el marco del consenso y la unidad. Hasta este día, no sabemos en que consisten esos cambios y qué tanto pueden beneficiar o perjudicar a nuestro gremio”, dijo un expresidente del CICT que pidió el anonimato.
La forma unilateral en que Villaseñor ha venido manejando los destinos del CICT ha llevado a la preocupación de sus integrantes, ya que en su campaña para buscar la dirigencia prometió hacer de la inclusión, el diálogo y los acuerdos la línea central de su gestión.
Otro miembro del CICT advirtió que de seguir esta forma de dirigir, se estaría evaluado pedir su renuncia anticipada por “falta de confianza y transparencia en su gestión”.
En términos generales, crece el descontento de los ingenieros civiles hacia su dirigente, en el entendido que poco o nada ha cambiado la forma en que se ha manejado este importante organismo de representación estatal. Todo indica que los días de Villaseñor al frente del organismo están contados.