CARTA ABIERTA
Cuando el Capitán Merino nombró a Guillermo del Rivero como nuevo secretario de Gobierno, lo conminó a desempeñar el cargo “comprometiéndose plenamente con la reconciliación, el bien y la prosperidad de la unión y de Tabasco”. Y bien, desde ese día sus acciones han ido encaminadas en esa ruta, situándose como un valioso apoyo del mandatario en su gestión y, dirían algunos, aligerándole la carga.
Antes de asumir el cargo de responsable de la política interna, Del Rivero se desempeñaba como coordinador jurídico del Gobierno del Estado, durante el mandato de Adán Augusto. Desde esa función dio forma a varias de las leyes más polémicas de ese tramo, como fueron la reducción de los regidores en los Cabildos, la elección de los delegados municipales por parte de los ayuntamientos y la reducción del número de los diputados plurinominales en el Congreso.
Por esta razón, la oposición le creó la imagen de un funcionario de ‘mano dura’. Sin embargo, a tres meses de su nombramiento ha ido diluyéndose esa falsa percepción, dando paso a la realidad de un funcionario proclive al razonamiento y el diálogo con todos los actores políticos.
El dirigente estatal del PRI, Dagoberto Lara, fue uno de los primeros representantes de la oposición en dar el beneficio de la duda a la apertura mostrada por el nuevo secretario de Gobierno. Días más tarde, el gobernador Carlos Manuel Merino recibiría al priista en Palacio para iniciar una nueva etapa en la comunicación con todas las siglas partidistas.
A Del Rivero le tocó también dar muestra del respeto a la libertad de opinión que la 4T en Tabasco ha garantizado a sus miembros en todos los niveles, respetando sus espacios de acción y pensamiento, si bien todos en el proyecto obradorista. Este episodio fue su tuit por no haber sido invitado al Congreso para comparecer por la glosa del III Informe de Gobierno. El presidente de la Jucopo, Jaime Lastra, aclararía que los diputados no lo consideraron necesario, pero al final la aparente diferencia entre ambos se diluyó con un encuentro personal y amistoso que eliminó cualquier sombra de confrontación.
En las últimas semanas, Del Rivero ha sido el responsable de la administración a causa de los continuos viajes de trabajo que el gobernador ha realizado a varios puntos del país. En esos tramos ha fijado su postura en torno a varios temas críticos de la agenda de Estado, dando una imagen de estabilidad y fortaleza a la gestión del Capitán.
Por ejemplo, sobre la serie de Netflix, “Duda Razonable”, que exhibe una serie de anomalías en la administración de la justicia en Tabasco, aclaró que estas son irregularidades de la administración pasada; acciones cometidas desde la Fiscalía General del Estado y el Tribunal Superior de Justicia en la gestión de Arturo Núñez. No obstante, dijo que esperarán a saber qué dictamina la justicia federal para que entonces el Gobierno estatal haga valer la ley y los derechos humanos de los implicados.
También fijó su posición sobre la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, al decir que esta va de acuerdo con la visión de la administración por lo que no es necesaria una reestructuración, ni la desaparición de las secretarías de Bienestar y de Desarrollo Energético. En relación a esta propuesta del diputado del PRD, Juan Álvarez, aseguró que se trata de dependencias de suma importancia.
El secretario de Gobierno igual encabezó la entrega del Paquete Económico 2022 al Congreso del Estado, el cual incluye la Miscelánea Fiscal, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos. Dijo que así priorizarán áreas sensibles como la salud, educación y asistencia social.
Hace ocho días, el gobernador envió al Congreso la importante iniciativa de la llamada “Ley Olimpia” y Guillermo del Rivero formalizó el procedimiento ante el Poder Legislativo.
En perspectiva, se observa el importante papel que el responsable de la política interna desempeña en el Gobierno de la 4T en Tabasco. Visto en su justa perspectiva y nivel, el funcionario está haciendo lo mismo que Adán en Bucareli: aligerándole la carga al jefe del Ejecutivo.