Poder Político
Morena carece de pudor alguno en la desbocada carrera interna que hay al interior con tantas ambiciones que se hallan en una disputa por hacerse de la candidatura al cargo de Presidente de la República. En el «Movimiento» no hay compañeros sino una amplitud de intereses encontrados además de dispuestos a hacer tropezar al enemigo, no al adversario.
Un monstros de mil cabezas que jamás lograrán coexistir en la armonía de los estatutos ni principios de doctrina, ni programa de gobierno. Para que fuera Mario Delgado su presidente con la vergüenza recurrieron al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el INE estableciendo el método de las encuestas.
Antes, durante las fallidas asambleas regionales para nombrar delegados el común denominador fueron los gritos, sombrerazos, sillazos hasta correr sangre, en donde el senador Ricardo Monreal quien se dice amigos de todos, mucho tuvo que vía su suplente Alejandro Rojas Díaz Durán.
Razones hay en la breve historia del «Movimiento», al que han llegado principalmente viejos conocidos en el PRI y el PRD, quienes discreparon en el pasado. Motivos por los que jamás llegará a ser partido político, aun con el registro que en la forma le acredite como tal.
El «Movimiento» aún así mantiene la simpatía en la voluntad popular que decidirá con su voto al próximo Presidente de México, en la jornada cívica del 2 de junio de 2024. Una proclividad que para nada se acerca a «Ya saben quién».
Distan 2 años, 5 meses y 6 días para la Elección, precedida por los procesos internos de designación de candidaturas, registros, y campañas. Un lapso interesante durante el cual las prospectivas cambiarán y mucho», los tiempos y circunstancias evolucionan o involucionan momento a momento.
Aun cuando cuestionados en la arena mediática, Marcelo Ebrard, el Secretario de Relaciones Exteriores, y Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, disputan la punta de las opciones alternándose las preferencias cuando menos en la frialdad de las cifras consignadas en las encuestas, pero no son los únicos aspirante igual de importante en la élite de quien habita en Palacio Nacional.
No fue gratuito colapso en la estación Álamos de la línea 12 del Metro que de extremo a extremo conecta a Mixcoac con la alejada alcaldía de Tláhuac, La «Línea Dorada» construida por Ebrard durante su gestión gubernamental; que en meses presentó una serie de vicios obligando a su sucesor Miguel Ángel Marcera a interrumpirla, estableciéndose un comité técnico y financiamiento para su mantenimiento.
Sin embargo, ya con Sheinbaum se dejó de lado las medidas de remediación de la Línea del Sistema Colectivo Metro, provocando que el tramo elevado se venciera con las fatales consecuencias en pérdidas humanas. Desde luego, una mala obra que se resquebrajó y también a la reputación del Canciller, avivado el repudio popular.
Aunque la Jefa de Gobierno le pesa haber perdido el corazón político del país durante las recientes elecciones constitucionales, en las que partidos coaligados en «Va por México» ganaron 9 de las 16 alcaldías, incluso sumando los votos le ganaron la partida a Morena.
Ricardo Monreal, el presidente del Senado, no tiene cabida entre los encartados de la «Cuarta Transformación». Los 24 años de vínculos con «Ya saben quién» no son válidos, cuando en su rebeldía reconoce tener ambos diferencias, como las actuales. Le conviene pactar, incluida la liberación de su secretario particular, prisionero en Veracruz, porque afuera nada logrará y necesita la aparente mesura que en la forma transmite.
Bitácora
Ya exactos 2 años que el mundo fue forzado a hincarse a la notificación que China dio el 27 de diciembre de 2019 a la Organización Mundial de Salud sobre el coronavirus, que de epidemia transitó hacia pandemia, expendiéndose sin frontera alguna. Un covid19 incubado en los laboratorios, no por la mutación de un murciélago… Y las consecuencias siguen en la ambición por dominar también el mundo, con los chinos teniendo ya de su lado fuerte injerencia en la economía.
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