El TioVivo

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 @Fer_valdesleyva

Iniciado desde el propio poder, el proceso sucesorio presidencial va tomando diferentes formas, según el momento. Un día se integran más elementos a la lista de aspirantes (corcholatas) y al día siguiente son bajados sin explicación alguna, es decir, no pasaron la prueba del destapador.

El gran elector, como todo mundo sabe, es el propio presidente. Como en los viejos tiempos del PRI, la decisión final recaerá en quien el ejecutivo decida y nadie tendrá la suficiente autoridad moral, en el círculo cercano al poder, para cuestionarle al mandatario el resultado de su elección. Será pues, el propio líder moral, el factor que incline la balanza de las “encuestas” y el que tenga la última palabra.

Pero como lo aprendido en el librito del añejo y aún vigente sistema político mexicano, sigue poniéndose en práctica y éste indica que santo que no es visto no es adorado y que bebe que no llora, no mama, todos los que sienten alguna posibilidad de ser considerado el tapado, han iniciado una intensa caminata, mucho más veloz que la que harían en la propia campaña constitucional.

En el terruño, la más visible, obviamente, es la del titular de la Segob. En las redes sociales, todos sus fieles seguidores (a los que les dio chamba, pues) se han dedicado a publicar videos, editar imágenes y propalar como si se ganara en las redes, cualquier imagen de algún evento reciente o no, en el que se perciba que el elegido es el mandatario con licencia.

Entendemos que de igual manera lo harán los otros finalistas, Ebrard y Sheimbaun, o inclusive el senador Monreal, quien se quiere meter como calzador a la contienda. Esto es, los posibles están siendo exhibidos por sus amigos como “el más cercano al jefe” o “el que más le conviene al proyecto” o “quien asegura continuidad”, etc, etc.

Poco se habla de lo que al país y a los mexicanos conviene, pareciera que eso queda en segundo plano y que lo que importa es perpetuarse otros 80 años. Total, como en el viejo régimen, la oposición sólo es comparsa y bailará al son que le toquen…

Antes de bajarnos del caballito…

Pero el pueblo no es tonto, decían antes. Esa consigna debieron haberla entendido quienes les tocó operar el cambio de delegados. Hoy tienen en su contra al bastión más belicoso del andresmanuelismo y a ellos, ya no se les puede engañar. ¿Pero, qué necesidad? Todo pudo haberse arreglado con política y más política, pero pareciera que la soberbia ha nublado la razón de la nomenclatura local…

Gracias totales a quienes han hecho llegar sus mensajes a este servidor. Sabemos que lo hacen de corazón y eso es lo que vale. Una vuelta más al sol y las que nos faltan…