CARTA ABIERTA

 

En un asunto definitorio para el futuro del país en, al menos, los próximos diez años, el gobernador Merino ha abierto sus cartas en favor del presidente Obrador. Si bien es lo que se esperaba, el Capitán asume su responsabilidad pública al definir su posición a favor de que la Sedena tome el control de la Guardia Nacional (GN).

 

Merino está convencido: el país no se militarizará si la Secretaría de la Defensa Nacional asume el control total de la GN. El mandatario tabasqueño sostiene que la mayoría de los miembros de la Guardia proviene de los órganos militares del país, por lo que ya opera bajo la directriz del Ejército y Marina. Es decir, el acuerdo anunciado por el presidente dará formalidad a algo que ya viene funcionando en la práctica.

 

Desde luego, Merino está en consonancia con lo que piensa el resto de los gobernadores de Morena. Por ejemplo, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, respalda esta propuesta porque, dice, servirá para fortalecer la seguridad de los estados. Asegura que los hechos violentos de la semana pasada en Chihuahua, Jalisco, Guanajuato y Baja California justifican ese paso. Porque las fuerzas estatales se ven rebasadas y se necesita el apoyo inmediato de la Guardia Nacional, para que la Secretaría de la Defensa Nacional pueda apoyarlos.

 

El gobernador de Baja California Sur, el morenista Víctor Manuel Castro Cosío, está en la misma sintonía de Merino. Y no tiene alguna reserva para respaldar la decisión porque dice que Obrador lo hace “por el bien de la patria”. Tesituras aparte, dice que la Sedena es una institución reconocida por la sociedad. Así como está la Fuerza Aérea dentro del Ejército Mexicano, el bajacaliforniano no ve ningún problema político, jurídico ni moral.

 

Otro que está en la línea del gobernador Merino es Alfonso Durazo Montaño, mandatario de Sonora y ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana. Y es que asegura que “no hay un liderazgo civil que tenga capacidad para conducir una organización que su base original está formada por exmilitares y exmarinos”.

 

Quien fuera el brazo derecho de Luis Donaldo Colosio opina: “Tenemos que ser prácticos en este momento, la única opción de coordinación de una instancia como la Guardia Nacional formada con una base militares y marinos es que tenga una adscripción en esa dependencia. La Guardia Nacional tiene que formar sus propios cuadros, pero la formación de cuadros lleva mucho tiempo, por ejemplo, la Guardia Nacional requiere 250 mandos, groso modo de nivel coronel, ¿de dónde los vas a sacar?”.

 

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, considera que la GN ha sido un gran acierto y la Sedena la ha formado esencialmente. Acerca de los altos costos para los derechos humanos, pese a que el artículo 21 constitucional establece que la Guardia Nacional debe ser civil, la aspirante presidencial no varía en su postura: “Es una propuesta que viene desde el principio. Es una formalización, la Guardia Nacional fue formada por la Secretaría de la Defensa Nacional”.

 

Quien piensa distinto es el dirigente del PRI en Tabasco, Dagoberto Lara. Asegura que el paso de la Guardia Nacional, creada para ser un organismo civil, a la Sedena debe tratarse en el Congreso para modificar su marco constitucional y no por decreto. Además, alerta que la militarización de la seguridad pública es un riesgo para la República.

 

Por lo pronto, el presidente se prepara para emitir, de un momento a otro, un decreto. Esto, a pesar de que en 2019, cuando creó la Guardia Nacional, el Gobierno prometió que el cuerpo de seguridad mantendría una naturaleza civil ante las críticas de organizaciones de defensa de derechos humanos. Después, López Obrador cambió su postura y anunció una reforma constitucional para formalizar que las Fuerzas Armadas controlen la Guardia Nacional, que depende de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Pero ahora prefirió adelantarse con un acuerdo ante el rechazo que afronta en el Congreso por parte del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano.

 

Esta última es la postura que Merino, y el resto de los gobernadores morenistas, defiende ante los embates de una oposición abiertamente en contra. Por lo que se observa, el mandatario tabasqueño vuelve a estar del lado de Obrador en un tema crucial para el futuro del país.

 

 

 

 

 

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63