CARTA ABIERTA 

Sin quitar veracidad a los hechos violentos registrados el fin de semana en al menos seis municipios, queda también en evidencia el oportunismo electoral de algunos actores políticos que vieron la rendija para rentabilizar el caos, sin que les importara abonar a la confusión ciudadana.

En las redes sociales quedan los testimonios de quienes realizaron discursos y declaraciones que en lugar ubicar los sucesos en su justo contexto, parecían formar parte de la estrategia del crimen organizado para aterrorizar a los tabasqueños.

Ese plan los ha exhibido como proclives a sacar renta política de los embates de los grupos criminales. En ningún caso se les vio y escuchó llamar a la calma, a cerrar filas en defensa de las familias o en respaldar las acciones policíacas para repeler a los agresores.

Sin buscar desmentir lo evidente porque, en efecto, ahí están las fotos, audios y videos en las redes sociales como testigos de ello, es evidente que los oportunistas electoreros dieron muestra de pocos principios y valores que tendrían que conformar el servicio público y la actividad política.

Quizá una de las pocas excepciones en este juego perverso de confusión premeditada fue el dirigente priista Dagoberto Lara, quien a pesar de emitir un comunicado condenando los hechos y exigiendo a las autoridades su esclarecimiento, no cayó en el error de machacar en ello de forma amarillista, dando por ciertos algunos sucesos que luego fueron desmentidos, como la supuesta balacera en el mercado Pino Suárez y el lanzamiento de una presunta bomba molotov a una camioneta que circulaba por la avenida Zaragoza.

Con la cabeza fría, vista a distancia la vorágine de episodios de las últimas horas, es muy sintomático el grave error cometido por quienes desde una parte de la oposición, como el caso del PAN, diseñaron esa campaña del miedo en las redes sociales. Y lo más probable es que se les revierta cuando llegue la hora del voto en 2024.

En aras de la objetividad periodística, le toca al Gobierno estatal esclarecer los hechos y dar con los responsables, porque Tabasco no puede caer en manos del crimen organizado, ni ceder ante las acciones intimidatorias que arrojaron la quema de 30 vehículos, la desaparición de dos personas, y tres muertos en motines carcelarios en Centro y Comalcalco. Igual se habla de una mujer asesinada en el robo de su auto. La escalada de violencia, nadie dice lo contrario, afectó a los municipios de Huimanguillo, Cárdenas, Comalcalco, Nacajuca, Paraíso y Centro.

El gobernador Carlos Manuel Merino, apoyado en el secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez, ha dado su palabra de defender la paz de los tabasqueños. Ha dicho que “muchos buscan cualquier pretexto para colgar su bandera política, sin recordar que cuando fueron gobierno ocurrieron situaciones peores que no se pudieron controlar”. En una entrevista dijo que “ya comenzó la temporada de zopilotes”.

El mandatario estatal emitió un mensaje en cadena estatal, donde estuvo acompañado de los integrantes de la Mesa para la Construcción de la Paz y la Seguridad. Allí aseveró que desde el primer evento registrado el viernes se desplegaron las fuerzas policíacas y continúan los trabajos de investigación para capturar a los culpables. El mandatario fustigó el oportunismo electoral que se aprovecha para difundir noticias falsas o generar incertidumbre y psicosis. Y remató en este punto: “No se dejen engañar ni manipular por la desinformación, las noticias falsas y el oportunismo electoral, que lo único que han provocado son rumores, pánico y psicosis social, eviten difundir o compartir información carente de sustento y veracidad”.

Ahora se indaga si esa serie de hechos están conectados, pensando en que los criminales actuaron en varios frentes para provocar miedo entre la población. A pesar de esto, Merino ve el vaso medio lleno. Afirma que el crimen ha disminuido, como lo muestra la disminución del secuestro en casi un noventa por ciento, en tanto el resto de delitos han bajado en más del cincuenta por ciento.

Lo más importante viene ahora: seguir manteniendo a Tabasco lejos de los tentáculos de la delincuencia de alto impacto. Para esto se requiere de responsabilidad compartida, incluyendo a quienes buscan sacar renta partidista. En algo parecen estar todos de acuerdo: los tabasqueños no quieren abrazos con los malosos.

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63