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Lo que ocurre al conocer de las campañas que juzgadores están realizando en campaña, evidencia una situación preocupante que puede afectar la percepción de independencia y transparencia del Poder Judicial. Cuando jueces y magistrados, en funciones, utilizan su tiempo laboral para realizar actividades proselitistas, se generan dudas sobre la imparcialidad con la que desempeñan sus funciones y sobre la integridad del proceso electoral.
Es especialmente relevante que figuras como las Ministras Lenia Batres y Yasmín Esquivel, que tienen un papel destacado en la Suprema Corte, estén participando en actos políticos durante horarios laborales. Esto no solo puede interpretarse como una falta de respeto a sus responsabilidades, sino también como un posible uso indebido de recursos públicos y del tiempo que deben dedicar a la justicia.
Por otro lado, el Consejo de la Judicatura ha emitido lineamientos para regular estas conductas, lo cual es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, la efectividad de estas medidas dependerá de su cumplimiento y de la vigilancia para evitar abusos.
En mi opinión, es fundamental fortalecer los mecanismos de supervisión y sanción para quienes incumplen con las reglas éticas y legales. La transparencia y la ética en la función pública, especialmente en instituciones como la judicatura, son esenciales para mantener la confianza ciudadana en el sistema democrático y judicial.
Además, sería recomendable que los órganos responsables refuercen la capacitación en ética y conductas esperadas, y que se apliquen sanciones ejemplares en caso de infracciones, para garantizar que la justicia no sea vista como un instrumento de intereses políticos.