CARTA ABIERTA
El mayor reto de Morena, el partido en el poder, será evitar un voto de castigo por parte de quienes no salieron favorecidos como candidatos locales a diputados y alcaldes.
La tarea será titánica por varios factores, entre ellos el hecho de que Obrador no aparecerá en las boletas electorales y esto impide que alguien quiera dormirse en sus laureles.
Otro argumento reside en el hecho de que varias figuras importantes, pesos pesados de Morena, fueron echados a un lado sin una explicación convincente, como la referente a esas famosas encuestas cuyos resultados se desconocen.
Si bien las protestas de Jesusita López se entienden desde la razón de encabezar una corriente opositora a la dirigencia estatal, hay una serie de aspirantes que, si bien no se han inconformado en público, sí han quedado decepcionados por la forma de elegir a muchos de los abanderados.
Es aquí a donde debe encaminarse la tarea de reconciliación, un trabajo que tendrá que ser operado por el delegado Antonio Alejo y por el dirigente Pedro Hernández Jiménez. Lo peor que podría hacer el partido es actuar sobre la base de la soberbia y la indiferencia frente a las heridas abiertas en el proceso de elección.
Un voto de castigo, proveniente desde el interior, podría ser de mucho peligro para quienes suponen que la elección está ganada de antemano. Si bien Antonio Alejo y Pedro Hernández no están con esta idea en la cabeza, sí hay algunos morenistas de alto nivel que ya están festejando por anticipado.
Si bien el PRD y el resto de los partidos de oposición no representarán ningún peligro electoral para los intereses de Morena, el PRI tiene la oportunidad de quitarle algunas alcaldías y, quizá, la mayoría en el Congreso de los diputados.
Pensar, creer, suponer, que por ser Gobierno la elección ya está ganada puede ser uno de los peores errores de los estrategas de Morena. Si bien el número de votantes será la mitad de lo registrado en la elección de 2018, como ha sucedido históricamente en cada elección intermedia, cada voto valdrá lo mismo.
Esto es importante de destacar cuando lo que se espera es una gran participación de los electores sin partido, los que pertenecen mayormente a la clase media, la más duramente golpeada por la crisis económica.
En este contexto, hará falta mucho talento político para reunificar al partido tras el proceso de elección de los candidatos a alcaldes y diputados. Hay que evitar que muchos de los no palomeados se queden cruzados de brazos en cada uno de los municipios, sin mover un dedo en favor de los candidatos de su partido.
: PERSONAL
Soraya Pérez Munguía se salió con la suya al obtener la primera posición como candidata a diputada local plurinominal del PRI. En castellano, esto significa que tiene segura su entrada a la próxima legislatura del Congreso tabasqueño.
Otros que quedaron en buenas posiciones para garantizar su diputación local son Erubiel Alonso Qué, Fabián Granier Calles, Katia Ornelas y la presidenta del Instituto de Formación Política «Jesús Reyes Heroles», Maritza Mallely Jiménez Pérez.
Hay dos puntos a destacar: la prevalencia del interés personal de Soraya Pérez, quien dejó vestidos y alborotados a los simpatizantes que le apoyaron para ser candidata a la alcaldía de Cárdenas. Como sabía que perdería esa elección, prefirió irse por su egoísmo político, dejando abandonado a su partido en ese municipio.
El otro detalle es la honestidad política de Dagoberto Lara, quien cumplió su palabra de no postularse por ningún cargo y dedicarse de tiempo completo a la dirigencia estatal.
Por lo demás, Andrés Granier se ha abstenido de usar la aplanadora y no ha protestado por el hecho de que su hijo Fabián aparezca en el segundo lugar de la segunda circunscripción, cuando bien pudo presionar para que estuviera en el sitio de honor. Ya se vio que no, que el Químico actúa con sensatez y buen juicio, sin avasallamientos, algo de lo que sus detractores lo señalaron.