FRANJA SUR
En las profundidades del abismo de las derrotas se hundió el PRI de Tabasco bajo el mandato de Dagoberto Lara Sedas, empresario agrícola y gris dirigente partidista, que hoy arrastra la amargura que dejan los fracasos, sobre todo, en los que la responsabilidad es unicamente suya por mostrarse insociable en el cargo.
Los resultados exhiben en su máximo esplendor que su trabajo en materia partidista rasguña apenas el tema del quehacer electoral, no se la dio estar parado frente a un instituto políticos que, desde el 2012, languidece aquí en Tabasco y hasta el momento no llega la figura capaz de levantarlo.
No tenía ni tres semanas de asumir la presidencia estatal del PRI, cuando en los pasillos del partido y en los centros de reunión ya se corría la voz preocupante de sus militantes: “Dagoberto no atiende a nadie, no contesta el teléfono y ya hay mucha inconformidad”.
En el mar de su soberbia, sintiéndose arropado por el dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, el campechano que hoy también pasa las de Caín en el plano nacional, Lara Sedas no dio un paso atrás a su infinita arrogancia.
Así, con el de Huimanguillo a la cabeza, las filas del PRI siguieron adelgazándose, ante su desprecio a grupos al interior del tricolor, sumado a la actitud de brazos caídos de importantes cuadros de experiencia, militantes valiosos que frente a la indiferencia de Dagoberto, después de años como parte del ejército que alguna vez tuvo la sigla tricolor, decidieron finalmente coger el camino de la renuncia.
El primero en dejar el PRI este 2021 fue Miguel Cachón Álvarez, que ocupó varios cargos en el partido, el último de ellos, presidente del Consejo Político Estatal. Le siguieron el ex gobernador Manuel Andrade Díaz, a quien Dagoberto Lara, por órdenes de Alejandro Moreno, le impidió participar como candidato a una diputación federal.
También le dijeron adiós al priísmo Javier Díaz Hernández, ex coordinador General del Comité Ejecutivo Estatal del Movimiento Territorial; lo mismo Juan José Graham Nieto, de los jóvenes talentos que hacía en el tricolor su carrera política, así como Francisco Herrera, ex senador y ex presidente del partido en Tabasco, entre otros cuadros.
La salida de este grupo, y la brutal derrota en la que el PRI no ganó un solo municipio, lo mismo que ni un solo distrito, es el saldo negro de Dagoberto Lara Sedas, además de cargar sobre sus espaldas la acusación de militantes, quienes soltaron la versión de que negoció con el gobierno de Adán Augusto.
Mencionan que Lara Sedas fue factor principal para romper la alianza opositora en el estado (PRI-PAN-PRD) que no se concretó, así como de adoptar una política de cerrazón en la que sólo recibía órdenes de Moreno Cárdenas, el afamado “Alito”, y que por ello mandaron a cuadros desconocidos a competir en los municipios y distritos, además de cerrarles el paso a figuras de peso.