Todo mundo se desgarra ahora las vestiduras por las inundaciones en la ciudad, causadas por el más reciente temporal. Sin embargo, ahora resuenan las advertencias del alcalde Evaristo Hernández en relación a que algo así se repetiría en caso de no renovarse el drenaje pluvial y el sistema de agua potable en general. Y sí, se repitió.
Desde el inicio de su gestión, hace dos años, Evaristo Hernández puso el cambio de drenaje y la modernización integral del sistema de agua potable como uno de los ejes de su administración. Expuso que la mejor forma de evitar más inundaciones era cambiar una red de alcantarillado obsoleta, con más de sesenta años de haber sido construida. Para ello propuso concesionar el servicio de suministro del líquido a una empresa privada.
Como cabía esperarse, sus adversarios políticos vieron la oportunidad de echar su proyecto abajo. Con el viejo cuento de que Evaristo quería privatizar el servicio de agua, hicieron todo lo posible para estigmatizar el proyecto, diciendo a la ciudadanía que las autoridades ya no tendrían control alguno sobre el líquido. Esta denostación se organizó aún sabiendo que iba en perjuicio de los propios ciudadanos.
Y, bueno, ahí están las consecuencias. El fuerte temporal del miércoles 30 de septiembre inundó varias colonias de Villahermosa. Entre ellas las populosas Tamulté de las Barrancas, Gaviotas, Indeco, Buena Vista y algunas más. En las redes se subieron muchos videos al respecto, algunos de ellos culpando al Municipio del desastre.
Pero ya se vio que no haber dado luz verde al proyecto del Ayuntamiento ha seguido afectando a los villahermosinos. Y seguirá pasando hasta que no se entienda que la modernización de la infraestructura citadina debe estar exenta de intereses políticos. Porque han sido los intereses políticos, radicados en dejar fuera a Evaristo de la aún lejana carrera por la gubernatura, lo que ha generado este nuevo caos vivido en varias partes de la ciudad.
Por desgracia, los tintes políticos siguen teniendo a Tabasco en el atraso. Los detractores del alcalde saben muy bien que transformar el drenaje de la ciudad, modernizar el servicio de agua potable, le traería muchas simpatías de los ciudadanos. Le habría dado un fuerte empuje en su proyección ante el pueblo de Villahermosa, ubicándolo como el presidente municipal que resolvió de fondo los problemas estructurales de la capital de Tabasco.
Ahora que a muchos se les revuelven las entrañas al ver cómo la ciudad se va de nuevo al agua, afectando a miles de familias, es oportuno recordar que ya se había advertido. No sólo pasó de nuevo sino que seguirá sucediendo hasta en tanto no se tomen medidas serias y de fondo, donde los intereses políticos no estén por encima del interés general de los tabasqueños.
Es momento de asumir el reto de tomar medidas responsables, medidas que aunque no sean de inicio populares al final beneficiará al colectivo. La demagogia no es siempre buena consejera, mucho menos cuando está de por medio la seguridad y el patrimonio de la población.