Tiempo de Política

Una serie de dictaduras, malos gobiernos, terremotos, inundaciones, tienen a Ahití en el país con más miseria en toda América, “una gota más pobre de Africa en el Caribe” escribió Javier Ayuso en el periódico español “El País” en 2010 con motivo del temblor que devastó a la parte de la isla de esta pequeña nación afroamericana.
Hace 215 años Haití se convirtió en la primera nación independiente en América Latina, la república negra más antigua del mundo y la segunda república más antigua del hemisferio occidental después de Estados Unidos.
Sin embargo, el reconocimiento diplomático de Francia fue a cambio de un arancel del 50% de reducción a las importaciones galas y una indemnización de 150.000.000 francos (unos US$21.000 millones de hoy), pagadera en cinco cuotas, que obligaron a endeudarse sistemáticamente con el país europeo para cumplir con sus débitos.
Haití, de más de 11 millones de personas, también se enfrenta a la pobreza crónica y a los recurrentes desastres naturales. El país aún no ha logrado recuperarse del devastador terremoto de 2010 y del huracán Matthew, que golpeó el país en 2016.
Ese es el país que ha expulsado a decenas de miles de sus habitantes, primero a Brasil y Chile y luego hacia México para intentar cruzar a Estados Unidos.
Nadie se hace responsable por esta crisis humanitaria en las fronteras sur de México y Estados Unidos, sobre todo las autoridades ahitianas que piden no se les devuelvan masivamente a sus compatriotas porque les provocarían una mayor crisis en la isla.
Mientras tanto, miles y miles deambulan por las carreteras de nuestro país en busca del sueño americano que no les darán los EU porque son deportados masivamente a México y ahora esperan quedarse en nuestro territorio.
Por ello el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió ayer a los transportistas convertidos en polleros motorizados, sobre todo de Chiapas y Tabasco, no trasladen a los migrantes para evitar mayor hacinamiento en la frontera norte y evitar mayor conflicto con nuestro mayor socio comercial del T-MEC. Que dejen de hacer negocio, pues, como lo hacen también los hoteles, etc., a costa de la desesperación de los caribeños
Es tiempo de que la inútil y rebasada Organización de Estados Americanos (OEA) o la recién revitalizada CELAC realicen una auditoria moral a los gobiernos ahitianos, donde llegan millonarias ayudas internacionales y no hay manera de que salgan de la miseria por su sistema de corrupción y falta de democracia.
La crisis humanitaria en territorio mexicano puede derivar en una crisis sanitaria porque muchos ahitianos se niegan a vacunarse contra el Covid y se desconoce su tarjeta de vacunación sobre numerosas enfermedades que están erradicadas en México.

TIEMPO FUERA.- De que tamaño será el calvario vivido en su país y en su recorrido desde Brasil y Chile hasta nuestra frontera, para que los ahitianos digan que en caso de no alcanzar el “sueño americano”, se conforman con el “sueño mexicano”.

sfernandez@ddt.mx