El TioVivo

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 @Fer_valdesleyva

Dos eventos, aislados, diferentes, en municipios distintos pero ocurridos en menos de 5 días, convulsionaron la opinión pública en el estado de Tabasco. Dos mujeres fueron asesinadas en Cunduacán y Centro, víctimas presuntamente de sus parejas y catalogados ya como feminicidios.

Por otra parte, las redes consignaron en estos días, un video grabado en el municipio de Cárdenas, en el que se aprecia a un sujeto golpeando con un tubo en la cabeza de una mujer, a la que deja inconsciente para luego, en compañía de otras personas, darse a la fuga.

Son hechos, realidades que trastocan y sacuden nuestras conciencias y que son solamente algunos de los registros de violencia en contra de la mujer que llegan a ser del conocimiento público, por muchos más, seguramente, que permanecen en el anonimato y la indiferencia de una sociedad que a veces prefiere voltear la vista a otro lado, porque es más cómodo ser indiferente.

La responsabilidad de cambiar es de todos, definitivamente, pero debe haber un orden y una entidad que guie ese cambio. Desde hace tiempo, en las estructuras de gobierno, se crearon institutos o secretarías de atención a la mujer; se habilitaron fiscalías especiales para atender la violencia contra ellas y organismos en otras dependencias que se enfocarían a inhibir las agresiones.

Pero el estatismo, la comodidad de fingir que se hace y en muchas ocasiones el protagonismo de los responsables de estas áreas, no llegan a brindar resultados efectivos que hagan que las mujeres tengan mejores condiciones de seguridad en sus vidas.

En Tabasco, el Instituto Estatal de las Mujeres, promueve de manera constante mesas de análisis, conferencias y videos para “hacer conciencia”, informar y promover una vida libre de violencia para las mujeres. Pero estas acciones, lamentablemente, no trascienden, se quedan en charlas vía zoom entre ellas mismas a las que no tienen acceso las mujeres violentadas ni los familiares de éstas.

El estado debe tutelar el bienestar de sus habitantes, procurar seguridad y justicia, así como fomentar la sana convivencia. Mientras existan hechos violentos como los ocurridos recientemente, mientras nuestras madres, esposas, hermanas, hijas y vecinas sigan siendo vulnerables, no pude decirse que el trabajo se está haciendo. Hay que hacerlo mejor, hay que hacerlo bien…

Antes de bajarnos del caballito…

Con un contrato de 60 millones de pesos anuales para surtir alimentos, es entendible que se haya sumado al movimiento, así cualquiera…